El puerto, un sitio tradicional de Olivos desde antaño, resultó el lugar apropiado para irrumpir con un diseño innovador que eleva las cualidades naturales del entorno y lo convierte en un espacio ideal para disfrutar de una gastronomía exquisita y diferencial, acompañada de la mejor vista al Río de la Plata.
El movimiento del puerto actualmente reside en la recreación, los deportes náuticos, paseos y vistas para disfrutar con amigos o familia, y propuestas gastronómicas de paso.
Tomando esto como eje, el estudio Martín Gómez Arquitectos ideó un punto de encuentro que inspira y explota las características recreativas y culturales del puerto. Un ambiente ideal de reunión, cálido, natural y accesible al entorno.
Como un remanso, el mediodía apela a un momento de relax que potencie las energías necesarias para reanudar o distender las actividades de la tarde. Por la noche, el movimiento de las luces y sombras del río y el paisaje hacen de la comida un goce especial, en el que conversaciones y propuestas fluyen con el curso del río.
Desafiando ventajas del terreno, un espacio triangular, se diseñaron líneas y planos que permiten la comunicación con el entorno de una manera orgánica. La disposición del espacio es diversa, compuesto por espacios únicos y situaciones variadas que están conectadas entre sí. Distintos enfoques resaltan cada uno de los paisajes que brinda el contexto.
En planta baja, los amplios ventanales tienen vista al frente al Río de la Plata, con un cielo raso particular y una gran barra en madera, generando un ambiente abierto y de bienestar.
Una sala a modo de caja con paneles de vidrio se pensó como un sector aislado, un living íntimo que a su vez tiene vista a todos los otros ambientes. Una pasarela de lapacho flotando sobre el río nos invita a reparar, una vez más, en la paz que nos provoca el agua. Una terraza o deck elevado que lo mira por encima, con una barra en planta alta con vista directa al puerto y los veleros.
De la calidez y nobleza del lapacho exterior se potenció la unión de los elementos naturales tales como la madera, el agua, la piedra y la vegetación. Las barandas de chapa negra y vidrio en el exterior, estructuran y resaltan la iluminación natural y el verde de la costa. Un patio interior con dique artificial que separa e integra los espacios, capta las visuales desde cualquier perspectiva.
Es una propuesta que retoma los componentes naturales a través de una arquitectura contemporánea e innovadora, una cocina creativa y exquisita, y la convocante fusión de sensaciones con las que el proyecto busca reflejar las dinámicas que caracterizan al puerto, a veces convulso, otras aquietante.