Nueva vida a objetos de lo cotidiano: el arte de María José Fort

04/01/2024 | Perfiles

Nueva vida a objetos de lo cotidiano: el arte de María José Fort

4/01/24Perfiles, Portfolio

Nueva vida a objetos de lo cotidiano: el arte de María José Fort

4/01/24 | Perfiles, Portfolio

El arte de María José Fort no se limita a un solo medio. Su obra abarca la técnica mixta, el collage, los ensamblajes y el arte textil, revelando una expresividad única y una identidad formal marcada. Lo distintivo de su enfoque artístico, que abraza la versatilidad y la experimentación, radica en la incorporación de materiales y elementos de desecho portadores de memoria o provenientes de la naturaleza.

En unas pocas palabras resume lo que para ella significa este universo: “El arte puede ser creado con ánimo de modificar la realidad o como válvula de escape del exceso de realidad. El mundo está muy convulsionado, no busco agregarle más caos. Me gusta que contemplar una obra sea un escape, un paréntesis en medio de la vorágine. Creo en el carácter espiritual del arte, de ahí su cualidad inexplicable y su misterio. Es un camino para reconectar al hombre con su esencia, con su espíritu”.

 

 

 

Nacida en Montevideo, la trayectoria de esta destacada artista comienza con sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes y la Facultad de Arquitectura, abriéndose camino bajo la guía de reconocidos maestros como Javier Santamaría y Guillermo Fernández. Con los años su viaje artístico se expande más allá de las fronteras: en 1994 inicia estudios por Europa y explora diversas disciplinas artísticas en talleres de pintura y fotografía.

María José busca no solo reutilizar y resignificar estos elementos, sino también revalorarlos, dotándolos de una nueva vida y significado a través de su arte. Su trabajo es un testimonio de su compromiso con la sostenibilidad y la conexión intrínseca entre la creación artística y el entorno que la rodea. Le resulta vital no plegarse a la cultura descartable, darles un nuevo ciclo a los objetos de lo cotidiano, descubriendo que algunas veces estos pueden ser traducidos en arte. “Creo que la belleza puede tener varias manifestaciones, basta con querer descubrirla. Su apreciación nos vuelve humanos”, advierte.

“Me recuerdo dibujando en el estudio de arquitectura de mi abuelo, en el taller de estampado de telas de mis padres, inventando creaciones con lana en el taller de tapiz de mi tía. Crecí en un entorno favorable al arte; los colores y las formas forman parte de mi historia de manera natural. Así es que comencé a pintar a los 21 años de manera autodidacta, en un estilo muy distinto al actual”, recuerda sobre sus primeros acercamientos al universo artístico.

Algunos años más tarde, en el taller de Javier Santamaría, después de investigar diversas técnicas, incursiona en el collage utilizando más que nada papel y cartón. Luego se va transformando en una técnica mixta donde unas veces predomina el collage y otras la pintura. Al profundizar su interés en la materia y las texturas, comienza a incorporar otros materiales. Muchos hallados casualmente como elementos de desecho, de la naturaleza, textiles, y otros que traigo a la luz luego de ser atesorados en el tiempo, objetos portadores de memoria y emotividad”.

Para María José, siempre hay una relación íntima de la obra con lo que le emociona o afecta: el reciclaje, la memoria, la naturaleza. En los materiales y las texturas, también surge la inspiración. Le interesa el color como fundamental disparador de emociones, así como la luz que tiñe la obra y la transforma a lo largo del día.

Sobre su metodología de trabajo explica que no hace bocetos previos de la obra: “Muchas veces parto de una superficie lisa de pintura que voy modificando, o de una mancha. Alternando con la pintura voy pegando, arrancando, cosiendo, lijando, imprimiendo, arrugando, clavando, goteando, observando”. Es un proceso de ensayo y error, casi lúdico, donde interactúan lo espontáneo y lo pensado, la mancha libre con la línea que ordena en busca de un resultado balanceado. “Apunto al uso de valores estéticos y compositivos porque ellos generan sensaciones y provocan emociones”, explica.

 

 

 

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