Andrés Parallada: «El diseño a nivel formativo no se relaciona a veces con las necesidades del mercado»
Andrés Parallada: «El diseño a nivel formativo no se relaciona a veces con las necesidades del mercado»
Andrés Parallada es un nombre reconocido en el panorama del diseño uruguayo, tanto por su trayectoria como generador de proyectos, pero también como docente en charlas y talleres en las áreas que domina desde siempre.
Andrés tiene 49 años, es egresado del Centro de Diseño Industrial de Montevideo, hoy EUCD-FADU y su portfolio incluye numerosos trabajos de señalización corporativa para diferentes empresas, diseño de producto para puestos de venta o retail y docencia en el Instituto Medio Montevideo – Instituto de Diseño.
Charlamos con él, en una de sus visitas al país desde Brasil, donde reside en la actualidad.
_ Siempre fuiste activo en temas de docencia de diseño. ¿Cómo ves esa formación en Uruguay?
Comencé com mi actividad docente alrededor de 1998, eso fue unos 4 años desde que me había recibido. Trabajé primero en la Facultad de Diseño de la UDE, como docente en diferentes cursos de diseño de producto. También trabajé en BIOS, y en la escuela de Pablo Giménez. En estos dos institutos dicté cursos relacionados con procesos creativos en diseño de moda. Luego también en el propio Centro de Diseño Industrial, fui docente de los cursos de Diseño y Creatividad. Desde 2009 comencé con el proyecto de educación independiente, Medio, que ha pasado por diversas etapas, actualmente dictamos cursos, talleres, seminarios y workshops con foco en dos grandes temas: diseño de mobiliario y estudio del color.
Yendo a la otra parte de la pregunta, en términos generales, considero que la formación en diseño de producto en Uruguay es muy buena. Aquella raíz dejada por los italianos, fundadores del Centro de Diseño Industrial, probablemente siga, de algún modo, en pie, por lo menos esa es mi sensación. Quizá la dificultad esté en cómo adaptar los conocimientos generales que se imparten en las escuelas de diseño a las diferentes situaciones reales del mercado. Pero eso es una dificultad, hasta donde yo entiendo, que deben afrontar diversos países, desde los más pequeños hasta los más grandes.
Después hay un tema más complejo, que está relacionado con la categorización actual del diseño, eso genera, a mi entender, algo de confusión. Probablemente la división de áreas del diseño a nivel formativo no se correlaciona en todos los casos con las áreas del mercado. Lo podés ver con el ejemplo del diseño de mobiliario. La mayoría de las personas que trabajamos en esa área provenimos del diseño industrial o de la arquitectura, no existe una formación específica en diseño de mobiliario a nivel de grado. En comparación, si querés estudiar diseño de moda, ahí sí hay cursos de grado, estás 4 años más o menos dándole vueltas a la misma cosa, quizá primer año sea un poco más conceptual, pero después estás todo el tiempo tratando el tema de la ropa, las telas, las técnicas de confección, las tendencias, el proceso creativo aplicado a moda, etc. En el caso de muebles, podés hacer toda la carrera de diseño industrial, o de arquitectura, sin haber hecho nunca un solo ejercicio de diseño de mobiliario. En la mejor de las situaciones, podrás hacer un ejercicio o dos a lo largo de los estudios.
En el área del diseño de mobiliario no existe una formación en el sentido clásico de la expresión, pero eso no es responsabilidad de las escuelas de diseño de Uruguay, o Brasil, es más bien una cuestión cultural.
_ ¿Qué fue lo que te decidió a irte a Brasil y dónde te instalaste?
Aunque es obvio que uno al trasladarse, cambia de país, en cierto modo, quizá por la cercanía geográfica, y por la familiaridad natural que tenemos con Brasil, lo percibo más como un cambio de ciudad en un marco regional más grande. En mi cabeza me mudé de Montevideo a Bento Gonçalves, o de Montevideo a San Pablo, pero no tanto como que me mudé de Uruguay a Brasil. Es una diferencia sutil. Actualmente estoy instalado en Bento Gonçalves, polo industrial en la zona de la Serra Gaúcha, Rio Grande do Sul. Pero también paso buena parte del tiempo en San Pablo, la capital comercial, y quizá a esta altura quizá también una especie de capital cultural del país, cultural en el sentido comercial también.
Hace años que existe un grupo de estudios de diseño de Uruguay que tienen actividad en Brasil. La asociación de fabricantes de muebles de Bento Gonçalves organiza desde hace 30 años el “Prêmio Salão Design”, un concurso donde los diseñadores uruguayos han tenido mucha presencia en los últimos años. No recuerdo el dato exacto de memoria, pero creo no errarle por mucho si te digo que de los 60 productos finalistas de la última edición del concurso, veinte eran productos diseñados en Uruguay. Es un número muy significativo.
Yo hasta ahora había estado por fuera de ese grupo de diseñadores, pero en 2017 luego de una, vamos a llamarle, re-estructura interna, se decidió participar de forma más decidida en ese concurso. En aquel momento se armó un equipo de trabajo integrado por Angela Giorgi, Leo Menoni, Gonzalo Lancieri y Carolina Palombo. Estoy simplificando un poco, pero con ellos desarrollamos dos colecciones, la primera fue “Origino”, pensando en el mercado brasileño, y luego también desarrollamos otra colección de productos que fue presentada en el “Prêmio Salão Design”.
Fue una experiencia de trabajo en equipo muy buena, porque en poco tiempo se pasó de cero a tener dos colecciones armadas. Una de las sub-colecciones, la colección de mesas auxiliares “Loto” fue seleccionada en el concurso “Prêmio Salão Design”. Para cumplir con la segunda etapa del concurso, a los poco meses, hubo que presentar un prototipo de las mesas, y ahí es que yo viajo a la zona de Bento Gonçalves a buscar un fabricante que quisiera involucrarse en este proyecto. Eso se consiguió. Luego las cosas se fueron dando, y en un determinado momento, luego de varias idas y vueltas, decido instalarme en Bento Gonçalves.
Del equipo original de trabajo sigo trabajando con Angela Giorgi quien vive en Montevideo, y también trabajamos con otros diseñadores en algunas etapas puntuales de los proyectos. Hubo que inventar todo un sistema de trabajo a distancia. Pero además de eso, con Angela visitamos muchas fábricas y ferias del sector mobiliario, esto fue durante el primer año de mi estadía acá, hubo mucha información para procesar, que aun estamos procesando. Visitamos muchas ferias de muebles, pero también de insumos para muebles, y comenzaron los primeros contactos con tiendas de mobiliario, principalmente en San Pablo.
_ ¿Qué tipo de objetivos u horizontes más amplios o mejores te permite lograr el residir allá?
Brasil irradia una determinada imagen hacia el exterior, o por lo menos hacia Uruguay. Nosotros estamos siempre tratando de moderar esa imagen, sería como una especie de auto ejercicio impuesto de moderar expectativas, porque el trabajo cotidiano es siempre distinto del que se derivaría de esas imágenes de éxito.
Me hiciste acordar a un cuento que escuché hace poco, se refiere al intento de Raymond Loewy, el célebre diseñador estadounidense, de establecer un estudio de diseño en San Pablo, creo que eso fue fines de la década de 1940, quizá principio de los cinquenta. Guiándose por la estadística, el parque industrial de San Pablo estaba a la altura de los países desarrollados, pero en la práctica esa industria no contrataba diseño del modo que Raymond Loewy estaba acostumbrado a trabajar. En definitiva, creo que esa experiencia duró uno o dos años, se cerró el estudio en San Pablo.
Pongo este ejemplo, que obviamente es algo histórico, hoy en día todo es un poco distinto, pero las barreras culturales siguen estando allí. Yo no he hecho esa investigación, pero creo que debe haber pocos estudios de diseño internacional que efectivamente tengan sede en San Pablo.
Yendo a nuestra visión particular, nosotros estamos viendo esta experiencia como una ampliación comercial. Un poco en la línea de lo que comentaba al principio, antes visitábamos clientes en Montevideo, y ahora tenemos más ciudades para visitar. Está claro que en una primera instancia, empujado por el tamaño de Brasil, uno podría decir, tal o cual cosa seguro que acá se puede hacer y en Uruguay, no, esto es verdad, naturalmente. Pero en principio, no estamos haciendo foco en este modo de razonar. En principio nosotros no vemos grandes cambios conceptuales en nuestro enfoque del trabajo, seguimos ofreciendo servicios de diseño industrial.
_ ¿Allí trabajas en relación de dependencia o independiente?
Ofrecemos nuestro servicio de forma autónoma.
_ ¿Cómo ves el mercado brasilero como desafío? Obviando el tema escala y capacidad productiva, cómo se palpa esa magnitud y potencia para los creadores de diseño y su comercialización?
Cuando me preguntás por “diseño”, yo asumo que te referís al “diseño de mobiliario”, en mi caso es lo que viene a la cabeza, pero naturalmente que existen otras áreas. Tratar de sacar conclusiones generales es una de las cuestiones más difíciles. Esto es verdad en cualquier situación, y quizá en el caso de Brasil lo sea aún más. Comúnmente se habla que Brasil es un país continental, son muchos países bajo un mismo nombre, entonces es bastante complejo sacar conclusiones generales.
Dicho lo anterior, voy a intentar contestar algo, el desafío para los diseñadores, viene por el lado de entender en cada situación, en cada empresa, en cada grupo de consumidores, qué papel juega el diseño dentro de un determinado panorama más amplio de factores. Uno está tentado a decir, el diseño funciona de tal manera en las empresas, hay que hacer esto y aquello, pero en la práctica muy probablemente haya que tener un enfoque muy flexible, pienso que habría que estar más atento a las diferencias de las empresas y situaciones.
A veces sucede que algunas empresas pueden estar atraídas a emular las estrategias comerciales de otras empresas que se suponen exitosas, cuando en realidad al proceder de esa manera las empresas que emulan olvidan de algún modo lo específico de ellas mismas, y sus consumidores. Esto parece un trabalenguas, es un poco el enredo del diseño, empresas que copian a empresas, y las necesidades emergentes de los consumidores quedan olvidadas, es un círculo que no ayuda.
Lo digo ahora más simple todavía, el desafío para empresas fabricantes de muebles y diseñadores es desarrollar en conjunto, una estrategia de diseño propia, y no intentar emular las estrategias de diseño de otras empresas.
_ ¿Cómo se percibe el diseño local vs el de afuera?
El diseño local es muy valorizado. De nuevo, para responder esto, ya me estoy situando en un determinado contexto, por ejemplo, una feria de muebles, donde los fabricantes de muebles utilizan con frecuencia la referencia al origen nacional del diseño de muebles que están ofreciendo. Hay que pensar en la historia del diseño brasileño, autores como Lina Bo Bardi, Sergio Rodrigues, Joaquim Tenreiro, Jorge Zalszupin, entre otros, conforman una especie de elite creativa local con prestigio internacional.
Arriesgo, y creo que diría que el diseño internacional es casi invisible. Estoy exagerando un poco, pero en esta área del diseño de muebles, mi primera impresión es que es poco lo que llega importado. En San Pablo, y probablemente en otras capitales, están las empresas que importan muebles europeos, pero tengo la sensación que es una actividad muy puntual, y es algo paralelo al mueble nacional, no creo que se los compare.
Por otro lado, en el mercado nacional circulan muchas copias de los clásicos internacionales, los clásicos del Mid-Century Modern, pero no creo que eso sea percibido como “diseño internacional”, son los muebles que se copiaron toda la vida por así decirlo.
_ ¿En qué tipo de proyectos estás trabajando y con qué dinámica?
Actualmente estamos trabajando en diferentes proyectos de diseño de mobiliario. Y la dinámica de trabajo es muy variada. Creo que lo más interesante es entender cómo en cada caso el diseño de determinado nuevo producto se relaciona con la realidad específica de una empresa. En un caso, lo que dispara un nuevo diseño es la incorporación de un nuevo material a la empresa, en otro caso se busca un nuevo producto que pueda transmitir una nueva imagen de una determinada marca, en otro caso los nuevos productos son consecuencia de la existencia de nuevos canales de distribución.
A medida que uno va conociendo las diferentes empresas es interesante comenzar a percibir el grado de especificidad que puede alcanzar cada proyecto. Al comienzo todas las empresas y proyectos se parecen, pero a medida que vas profundizando se comienzan a percibir las diferencias. Puede haber dos empresas que fabriquen sillas, pero cada empresa tiene su propio perfil de clientes, o sus propios proveedores, y en ese caso el proyecto que se desarrolla debe reflejar esta situación.
Suele ocurrir que la primera idea que uno se hace de una determinada marca, luego cambia bastante a medida que se desarrolla el trabajo de diseño. Muchas de las propuestas de diseño que hacemos, los pasos intermedios, están, muchas veces orientados a que nosotros podamos conocer la marca, la empresa, más que a dar una solución. La solución llega luego de una secuencia relativamente larga de reuniones, de intercambios con la empresa. Es un proceso interesante.
Tal vez desde fuera, esto que estoy diciendo parezca relativamente obvio, pero con la práctica, comenzás a entender que muchas de las cosas más obvias son las más difíciles de lograr. A veces nosotros los diseñadores hacemos un relato del proceso de diseño, una vez que está concluido, y parece algo fluido, y relativamente simple, pero si uno se detiene en los detalles, es un camino bastante escarpado. Hay que estar buena parte del tiempo atendiendo a esos accidentes geográficos, se trabaja en un ambiente de bastante indefinición. Por eso me pareció bueno que mencionaras la palabra “dinámica” en la pregunta. Casi que la mitad del trabajo es alcanzar una buena dinámica, una parte es naturalmente desarrollar el proyecto de diseño, y otra parte es desarrollar esta dinámica con la empresa.
Hay una discusión relativamente antigua, no sé si te acordás, me refiero a aquella relacionada con si el diseñador debe estar dentro o fuera de la empresa, o fábrica. En esa discusión, que si mi memoria no falla es de la década de 1990, se analizaba qué era mejor si un equipo de diseño externo a la empresa, o un equipo de diseño interno a la empresa. Cada postura tenía sus defensores y detractores. Lo que es claro es que las dinámicas de cada una de estas situaciones es bien distinta. Hoy ya no se habla en esos términos, pero la problemática sigue ahí.
_ ¿Quienes dirías son referentes locales en diseño industrial?
Tenés una institución como el “Museu da Casa Brasileira” en San Pablo, ellos organizan el «Prêmio Design MCB», con categorías más o menos clásicas. Ese tipo de instituciones supongo ayudan a marcar, indicar, referentes.
De todos modos, quizá nosotros estemos todavía con el radar en lo internacional, y en los trabajos más clásicos, quizá sea por eso que no nos hayamos preocupado por determinar una lista de referentes en Brasil. Además, como te decía antes, Brasil es un continente, hay una comunidad de diseño en Rio, otra en Belo Horizonte, otra en Curitiba, otra en Brasilia, otra en San Pablo, otra en Porto Alegre, cada una con su perfil, con sus particularidades, es imposible definir referentes nacionales.
_ ¿Cuáles han sido tus mayores logros como diseñador?
La perseverancia.
_ ¿Y tu mayor desafío?
La integración de contrapuestos durante el desarrollo de un proyecto, por ejemplo, encontrar una solución única que responda a requisitos comerciales y creativos. Dicho en forma más general, creo que lo que me da más satisfacción es la relación entre el proceso de diseño y el resultado final. Esto es una consecuencia de poner el foco en generar un método de diseño, esto se ha logrado con el tiempo. Naturalmente que ese método de diseño no es algo estático, es algo que cambia de proyecto a proyecto, pero quizá se haya logrado desarrollar algo así como la definición de unos determinados fundamentos creativos y comerciales. Definir esos fundamentos para cada proyecto quizá podría ser el mayor desafío.
_ ¿Qué planes tenés a futuro?
Me hiciste acordar a una frase, es una canción de una banda brasileña, unas de las bandas famosas, justo escuché esa frase el otro día, me parece muy buena.
O acaso vai me proteger
Enquanto eu andar distraído
Más allá de la parte poética, creo que los planes de futuro podrían venir por el lado de profundizar en las dinámicas de trabajo con nuestros clientes y reforzar neustra área de mentorias de proyecto online, que aquí en Uruguay no está muy desarrollado, pero en Brasil, debido a las dimensiones del país, todo lo que es trabajo colaborativo online, tiene naturalmente mayor desarrollo, se toma con más naturalidad.
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