El mundo globalizado, el auge de la industria turística, avances en transportes y movilidad, así como la posibilidad de acceder a otras culturas al alcance de un click inspiran pasarelas, varias disciplinas del diseño y por supuesto, el interiorismo especialmente el residencial.
Para exploradores amantes de viajes y acentuadas expresiones culturales, para audaces o quienes simplemente desean incorporar un toque de carácter en ambientes donde las piezas diferenciales pueden ser inicios de conversaciones, los objetos originales de otras latitudes son de culto y herramientas claras de interiores con personalidad.
Acorde a los tiempos que corren y alineado con miradas pluralistas e integradoras, la diversidad geográfica y cultural invade no solo los medios, locales comerciales y la industria de la moda, integrándose también al paisaje cotidiano residencial.
Desde las pasarelas, donde casas como Valentino, Etro o Dolce & Gabbana nos han hecho soñar con campañas inspiradas en aldeas de Europa Oriental, Turquía o Rusia, la moda es claramente una traducción del imaginario global que podemos también instalar en nuestro entorno doméstico.
Los destinos más reconocidos en producción de piezas ideales para interiorismo son variadas y es fundamental estar atentos cuando viajamos, en mercados o proveedores especializados en destinos exóticos. Tailandia, India, Vietnam, Africa, México o Guatemala son algunos de la larga lista de posibilidades para aportar influencias que demuestren diversidad cultural.
La clave en estos casos es que los objetos sean artesanales y de buena calidad y sobre todo, evitar las piezas muy trilladas o lugares comunes en “recuerdos de…” cuyo único aporte es más de lo mismo y nula diferenciación.
No necesariamente un ambiente inspirado en otras culturas debe ser bohemio o parecerse a una aldea africana, por el contrario pueden manejarse varios matices hasta la sofisticación extrema y el minimalismo.
El secreto además, es jugar con contrastes antiguo-moderno, rústico-contemporáneo intercalando varias piezas de distintas épocas y orígenes. No es necesario llenar la casa de máscaras o tejidos tribales, a veces el contraste unitario y bien focalizado tiene mayor fuerza e impacto.
Los aliados perfectos son las alfombras, los tejidos o tapices que pueden ir sobre sofás, tapizados o enmarcados y las piezas artesanales en distinta escala.
Usualmente las piezas con el potencial de convertirse en centro de atención son:
_ Tapices y alfombras, con motivos geométricos y colorido variable usualmente en hilados de fibras naturales.
_ Troncos, especialmente los de trozos de árboles no perfectamente definidos o tallas rústicas.
Platos: Tejidos en fibras naturales o en cerámicas o barro pintado son ideales para formar conjuntos en áreas de comedores con fondos de pared contrastantes.
_ Sombreros: característicos de distintas tribus en Africa o Aldeas en Asia tienen multiplicidad de formatos de exhibición, solos o agrupados.
_ Cestería: Son piezas artesanales características, usualmente más accesibles, realizados con materiales naturales que permiten distintos usos: como centros de mesa, luminarias o portamacetas.
Como complemento ideal de balance: muebles mid century, o modernos, envolventes con tonos intensos, luces concentradas y alfombras de gran formato con guardas o lisas de fibras naturales.
(El galpón Imports, Montevideo)
El desafío será entonces lograr un ambiente que hable de sus habitantes, que sea punto de partida de anécdotas o historias, por su obtención, procedencia o técnica.