Ordet: de la palabra a los hechos

23/12/2016 | Ciudades

Ordet  es considerada una de las Obras Maestras del Séptimo Arte:  más cercana a las artes plásticas que a la pura narración de historias, fue dirigida por el cineasta danés Carl Theodor Dreyer en 1955.  El film es un torrente de espiritualidad rodeado de un ambiente místico, proponiendo  un debate complejo entre fe y razón, entre ciencia y existencialismo, del poder de los deseos sobre el de la oración.

Tal vez hayan primado razones más íntimas o puramente inspiracionales como nos lo cuentan, pero lo cierto es que el nombre calza perfecto al contexto de  un proyecto de vida que para None y Alfonso, una jóven pareja de emprendedores de Montevideo gestaron, y se animaron a concretar, abandonando toda zona de confort afectiva y profesional lograda hasta entonces, para instalarse en la zona de Montoya a pocos metros de la costa.

Como en la película, los dilemas no deben haber sido pocos, y primó la intuición y la emoción: lo que todo el mundo sueña en sus momentos más acelerados pero muy pocos lo consideran seriamente, ellos fueron más allá y apostaron  a diseñarse la vida  que soñaban. Es así que se embarcaron  en la compra de una casa y proyectar la reforma hasta el más mínimo detalle, más la construcción de  su propia vivienda en la parte posterior, jardín mediante, que funciona como cottage independiente y abandonan en el verano para cederla a huéspedes pasajeros.

La actividad previa de cada uno fue el complemento perfecto: la administración y las finanzas a cargo de él, y el ojo estético y entrenado en numerosos trabajos muy trendies en Montevideo de ella, fueron decisivos para un resultado sólido, planificado y madurado en cada centímetro cuadrado

Con la mirada global e integradora  de quienes viajan y absorben imágenes como esponjas, tradujeron esas tendencias en sus interiores de forma perfectamente equilibrada entre lo elegante sin ser pretencioso o lo casual sin ser improvisado. El Ace Hotel de New York o las casas de la campiña inglesa se funden en molduras de terminación que se extienden a cielorrasos o revestimientos, envuelven objetos minuciosamente seleccionados en viajes o subastas. Es así que cada pieza o rincón del lugar tiene su historia o anécdota de respaldo, cual firma de autenticidad de las más elevadas piezas de arte. Un bulldog que fue comprado durante un viaje, cuando aún era todo un sueño, devela el carácter emprendedor que recuerda la frase de Napoleón «Vísteme despacio que estoy apurado»

El desayuno se sirve en un comedor con salida y vistas al jardín, con un porche de baldosas calcáreas, sillas de hierro compradas en remates, y una barra iluminada que por las noches promete tragos y música, y una ampliación prevista para otra etapa posterior para albergar un restaurant para recibir gente no necesariamente alojada allí.


 

Además de un divino lugar para pasar unos días alejados del ruido pero a dos pasos de él si se quiere más actividad que leer abajo de un pino o ir y volver  a la playa en chancletas, es un catálogo de ideas para aplicar en decoración y una muestra de cómo hacer sentir al invitado como v.i.p. cuidando cada detalle: La piedra laja pintada en negro y encerada, las molduras de terminación de muebles que aportan ese aire elegante, incluso extendiéndose hasta el cielorraso rememorando los americanos, la incorporación de gráfica simple y con carácter o una paleta de colores neutra pero moderna, las toallas monogramadas en el baño o los amenities comprados en una tienda común pero ploteados con gráfica alusiva, y mil detalles que hacen al espíritu de una casa,  más parecido a una estadía en lo de unos amigos (Claro, con muy buen gusto) que a un hotel  o posada habitual. Su escala más que personalizada (4 habitaciones y el cottage)  lo hacen seguramente una experiencia excepcional , que especialmente desde la suite superior, con un bow window que domina el paisaje circundante e inunda de luz el espacio lo convierten en un lugar idóneo para soñar o reflexionar justamente sobre el poder de los deseos frente a la razón.

Hay una frase que sentencia que «la mejor forma de predecir el futuro es creándolo» y sin duda None y Alfonso lo hacen elevando estándares habituales.

Ordet Montoya 

Av Jaureguiberry y Herschel , Montoya, Punta del Este.

Compartí en las redes