Una de las últimas incorporaciones a la ciudad es la del Hotel Esplendor en la calle Soriano casi llegando a la Ciudad Vieja en lo que se ha denominado el Barrio de las Artes.
La cadena Fen (Dazzler y Esplendor) es de las más grandes de Latinoamérica en hotelería boutique y sus ejemplos especialmente en la segunda, han recuperado edificios emblemáticos como en Rosario, o en Buenos Aires ( en la misma manzana de las Galerías Pacífico, entre otros) , y aquí en Montevideo, en el antiguo hotel Cervantes.
La recuperación de este magnífico edificio tuvo un costo de US$ 12 millones, una inversión que para sus dueños, vale la pena, porque tras él se comienza a levantar uno de los barrios más clásico, pero olvidados, de Montevideo, potencia la vinculación con el caso histórico como recorrido turístico al tiempo que posee buena circulación hacia otras áreas de la ciudad.
El edificio construido en el año 1928, declarado patrimonio nacional y monumento histórico conserva la mística del estilo Italiano Florentino de los años ´30. Entre los detalles de su arquitectura original, se destacan los pisos y las yeserías que recrean escenas del clásico “Don Quijote” de Cervantes, todo lo cual fue no sólo conservado sino debidamente tratado, haciéndolo convivir con detalles de vanguardia o estilo más contemporáneo.
Es de resaltar además cómo logran, manteniendo la identidad de la maca, generar detalles que los adaptan a cada lugar. Por ejemplo, los nombres de las habitaciones y salas de lobby tienen nombres de escritores , haciéndole honor al barrio, o las obras que cuelgan en los muros son de artistas locales.
En su último piso tiene un roof top con vista al paisaje circundante muy bien aprovechado ideal para hacer eventos en verano.
Para los demás, el espacio del antiguo teatro Cervantes recuperado es una verdadera joya singular como marco para infinitas actividades: los techos con artesonados trabajados , las escaleras de mármoles italianos, un deleite para la vista..y la memoria.
No hay un metro cuadrado del hotel que no esté planificado y diseñado con visión de conjunto y ese detalle no es menor en la percepción de los huéspedes: cuando cada lugar, perspectiva o función tiene su enfoque estético o conceptual significa que es consecuencia de una preocupación por hacer de la estadía una experiencia diferente y cuidada. Si bien es fácil decirlo no tantos lo logran en la práctica y Esplendor se ha especializado en hacerlo su sello y firma en cada edificio que ocupan.
El respetar entornos o recuperar edificios preexistentes que llevan en si una carga de memoria local fuerte habla también de un compromiso por ocupar un lugar sólidamente asumiendo muchos riesgos iniciales pero capitalizándolo con resultados más atractivos y diferenciales.
El lobby es un buen parámetro de cómo se debe aggiornar un espacio antiguo: un mix de contemporáneo que contrasta con la envolvente de peso historicista generando un espacio con muchas lecturas y que se valoriza mutuamente en contrastes de estilos, texturas, o materiales, potenciándose mutuamente.
La ambientación y diseño interior basado en obras del diseñador Argentino Martin Churba da una coherencia a nivel de la cadena en general remitiéndose a su origen argentino pero en paralelo integra obras de arte nacionales muy presentes en todos los locales: un equilibrio balanceado y dinámico de identidades que dan sorpresa y diferencia notoriamente con otras cadenas hoteleras.
En la primavera y verano es frecuente la organización de eventos en su rooftop, un recurso poco usado localmente pero que brinda una experiencia totalmente distinta , máxime en este punto geográfico desde donde se aprecian las cúpulas y azoteas del casco histórico de la ciudad.
La sala del teatro es impactante en su envolvente arquitectónica: Escaleras de mármol, cielorrasos trabajados por artesanos, columnas y artesonados que son testigos de otras épocas de esplendor de la construcción local.
Sería deseable que fuera realmente un mojón que revitalizara la zona, llena de ejemplos muy sólidos en sí mismos pero que no han logrado hasta ahora generar un circuito y barrio con una dinámica realmente a la altura de ellos mismos. Con un mix de iniciativas privadas y gestiones municipales, podría ser una puerta de acceso valorable al circuito de ciudad vieja, que si bien de día tiene su identidad y actividades, en la noche decae drásticamente. Un desperdicio de escenario increíble y ejemplos puntuales que al viajar elogiamos y disfrutamos y de hecho los extranjeros que vienen por aquí también lo aprecian y disfrutan..
Tenemos en éste un punto de partida de recorridos notables, al tiempo que de gestión cultural trascendente para la zona. Iniciativas privadas de este tipo suelen alinearse con políticas públicas para reperfilar la imágen o posicionamiento de barrios en Montevideo y aportar al disfrute de visitantes y locales.