El Bilbao Arena, en el barrio de Miribilla, fue construido sobre antiguas minas de hierro colindantes a la parte vieja de la ciudad. Un solar con mucho desnivel (46 m de una esquina a otra, en apenas 200 m) en el que el edificio debía quedar en medio del parque del barrio.
Para resolver el complejo programa funcional y de circulaciones: uso día de partido simultáneo a uso del polideportivo, uso de cancha por los vecinos, acceso jugadores, autoridades, público, un local para un posible restaurante mirador, polideportivo con entrada independiente, pero con acceso a pista, para que los vecinos puedan usar la cancha cuando no hay partido, aparcamiento comunicado con ambos espacios, etc. Las rocas de piedra caliza que asomaban entre los taludes y los árboles del parque nos dieron la clave.
Dividimos el edificio en dos. El recinto arena en la parte superior, con las entradas lejos de las viviendas para evitar molestias por el posible excesivo ruido de los seguidores del Bilbao Basket. El polideportivo en la parte inferior, más próximo a las viviendas.
El conjunto, fue diseñado como un árbol, con pilares arborescentes que arriostran la estructura metálica en fachada y hojas de acero lacadas en varios colores, para construir un cierre permeable al aire que oculta todas las máquinas de climatización del recinto.
El polideportivo fue diseñado como una roca, con paneles prefabricados de hormigón, texturados y coloreados en masa del color de la roca caliza gris de la zona. Una roca hueca, en la que los tres espacios del polideportivo se comunican visual y escalonadamente, en cascada: acceso a aparcamiento, gimnasios y piscina. Revestida interiormente con paneles verdes, del color del musgo. Y sobre la roca, la masa arbórea del Bilbao Arena.
La fachada del Bilbao Arena se diseña permeable en la zona de los pasillos de circulación, de los anillos, por la suma del limitado presupuesto y una clara orientación al bajo consumo, resolviéndose así con una malla de acero galvanizado que se utiliza para contención de taludes de carreteras. De este modo el espacio de los anillos tiene un ambiente exterior que no precisa ventilación ni climatización y aumenta la seguridad en la evacuación en caso de incendio. Cuando el espectador abre la puerta del vomitorio ya está en la calle.
Los pasillos, gracias a esta permeabilidad y a la elevada cota del solar, respecto al centro, se convierten en un mirador de la ciudad.
En los baños, de nuevo, la estrategia de la permeabilidad: un cierre de chapa minionda perforada asegura la privacidad y la ventilación natural sin necesidad de conductos ni equipos de ventilación.
El interior del pabellón arena se reviste íntegramente con chapa minionda perforada, galvanizada o lacada, según zonas, y lana de roca. Conseguimos así unos cerramientos antivandálicos y con unas buenas prestaciones fono-absorbentes que han posibilitado un perfecta inteligibilidad de la megafonía.
En una esquina del Bilbao Arena, en el nivel más alto, el de la copa del árbol, las hojas, se dispuso el local para hostelería, con un núcleo de comunicación vertical con dos ascensores y escaleras completamente independiente del resto, para posibilitar su funcionamiento en diferente horario. Un generoso balcón-terraza ocupa, tras las hojas de chapa, el lugar que en las otras fachadas ocupan las máquinas de climatización. Para posibilitar las vistas hacia la ciudad simplemente retiramos unas hojas.
El polideportivo dispone de piscina, gimnasios y oficinas de gestión del complejo. Las divisiones entre los distintos gimnasios y entre estos y la piscina son de cristal, incluso el pasillo que comunica con el aparcamiento. Se pretende con ello que el edificio resulte seguro para el usuario, sin oscuros pasillos, y controlable visualmente por el personal: todo a la vista.
Prácticamente todo el interior está revestido con un panel de fibras fono-absorbente, de color verde. Un gran lucernario, en una esquina de la piscina, introduce una luz natural que, al iluminar los paneles verdes, quiere recordar a la luz verdosa que vemos cuando buceamos en ríos o en pozas de cuevas.
La cubierta del polideportivo, de esta roca, es vegetal, verde, una cubierta aljibe que almacena el agua de lluvia, que el sustrato vegetal recupera por capilaridad y que hace innecesario el riego.
El agua de la piscina que la legislación vigente obliga a desperdiciar, un 5% al día (una barbaridad de litros para una piscina de 25 m), se almacena en el sótano, en un aljibe, donde los camiones que limpian las calles de Bilbao repostan reutilizándola.
Las máquinas de climatización y ventilación del polideportivo se ubican en un gran patio cubierto con un tramex entre el pabellón arena y el polideportivo. Se trata de facilitar el mantenimiento y evitar contaminaciones acústicas y visuales innecesarias a las viviendas del entorno.
Arquitectos: IDOM
Arquitectos del proyecto: Javier Pérez Uribarri y Nicolás Espinosa Barrientos
Dirección de obra: Javier Pérez Uribarri, Nicolás Espinosa, Ziortza Bardeci, Joseba Andoni Aguirre, Miquel García y Daniel Gutierrez.
Ubicación: Avda Askatasuna 13, Bilbao, Bizkaia, España
Cliente: Azpiegiturak (Diputación Foral de Bizkaia)
Equipo de proyecto: Arquitectura – Leyre de Lecea, Ricardo Moutinho, Xabier Aparicio, Roberto Aparicio, Leticia Paschetta, Jose M. Cavallero, Nuno Miguel Lobo, Ziortza Bardeci, Virginia Canales; Ingeniería (IDOM): Fco. Javier Ruiz de Prada, Arrate Atxalandobaso, Javier Atutxa, Gorka Uria, Francisco García, Francisco Javier Gómez, Iker Velasco, Xabier Rekakoetxeta, Romina Gonzalez, Mireia Campmany, Miquel García, Unai Medina, Francisco José Sánchez, Jon Zubiaurre, Amaia Lastra, Rafael Pérez, Arturo Cabo, Oscar Malo; L&M Ingenierik.
Constructor: UTE POLIDEPORTIVO (CYCASA OHL)
Superficie construida: 30.808 m2
Año de proyecto: 2006
Año de construcción: 2007-2010
Fotografías: Jorge Allende y Aitor Ortiz © IDOM
Video: Aitor Ortiz