(Extraído de Diario El Pais Mvd)
El sueño de tener un circuito art déco como el de Miami
Presentaron una app: Art Déco MVD que permite conocer los edificios de Montevideo.
En Miami no solo se vive de los vicios, como aquellos que evidenciaba la serie televisiva protagonizada por Don Johnson en los ´80. Tampoco es cierto que convoque turistas nada más que con el encanto de sus playas.
En esa ciudad puerto, el distrito de art déco está impuesto desde hace años como una de las maravillas que atrae divisas. Hacia allí ahora mira Montevideo, después de que el 28 de noviembre quedara presentado en el Centro de Fotografía un proyecto dirigido por el arquitecto Federico Giuria y apoyado por la embajada de Suiza en Uruguay.
Lo primero a considerar es que Miami se oferta como destino vacacional difundiendo que allí se encuentra una de las colecciones más extensas de arquitectura art déco del mundo, casi 900 edificaciones, construidas muchas de ellas entre 1930 y 40, durante la ola del stream line moderno.
Lo segundo a valorar es que en Montevideo el catálogo de edificios art déco contiene ubicación, reseña histórica e imágenes de unas 2.000 edificaciones, las cuales fueron ingresadas a una app que también fue anunciada el pasado lunes en la sede del Centro de Fotografía, el ex bazar Mitre de 18 de Julio y Convención, un ejemplo singular de art déco en el planeta, con su fachada completamente vidriada.
Proceso americano.
A mediados de la década de 1970, cuando el paso del tiempo comenzó a dejar su huella en las construcciones y también varias eran demolidas para erigir allí hoteles, en una zona en donde caía el valor de las propiedades y la tugurización estaba a la vuelta de la esquina, organizaciones como la Liga de Preservación del Diseño en Miami plantearon la necesidad y las vías posibles para preservar un patrimonio maltratado.
Por el corazón de South Beach, por la avenida Ocean Drive, hoy puede apreciarse que la recuperación de la arquitectura se mantuvo y sigue dando frutos, ingresos exclusivos gracias a obras que solo esperaban alguien que las lustrase, hiciera relucir las formas geométricas, rayos o líneas oblicuas, círculos, arcos de medio punto, puntas redondeadas, triángulos, las líneas rectas, los remates o techos terminados escalonadamente, los aleros protectores en las ventanas, los relieves en los frentes, los ojos de buey y las fachadas, que de noche llaman la atención por las luces de neón y a lo largo del día atraen con los colores pastel de una estética tropical, en total: una paleta de 40 tonos.
Ese art déco no está lejos del que se aprecia en Montevideo, sus elementos decorativos aparecen en equilibrio, el estilo muestra en general una estética moderada, de cara a la modernidad, nada es ostentoso o colosal, como sí ocurre en Nueva York y sus rascacielos, por ejemplo el Empire State. Es cierto que en Montevideo hay algún ejemplo pretencioso, como el Palacio Díaz de 18 y Ejido, con su volumen escalonado y su torre simétrica, pero no va más allá de los 20 pisos.
Proyecto nacional.
Como dijo el arquitecto Giuria, que reside en Panamá y tuvo la idea en China, para rescatar la arquitectura art déco de la capital uruguaya no hace falta mucho dinero; lo más importante está hecho. Sin embargo, tendría que aparecer la voluntad política a nivel nacional y departamental para allanar el camino.
Las exoneraciones tributarias de parte de la intendencia no podrían faltar, así como tampoco la asociación de entes públicos, entre ellos UTE.
El embajador de Suiza, Didier Pfirter, dijo a El País que espera que el auspicio dado al audiovisual del proyecto y a la app permita que todos en Uruguay reconozcan el valor del patrimonio art déco y la posibilidad de emular la inversión hecha en Miami, que a él lo sorprendió, tanto por la puesta en valor de los inmuebles como por las ganancias que representa ese circuito turístico. A la par recordó otro ejemplo de salvataje, si bien no de arquitectura art déco, como el que se llevó a cabo en el Pelourinho de Salvador de Bahía, en Brasil, que pasó a ser un foco turístico imponente.
En el mismo acto, en donde estuvo el ex ministro de Turismo y hoy senador Pedro Bordaberry, y dio una profusa charla el arquitecto Mariano Arana, el intendente Daniel Martínez expresó que desde la administración ya se están haciendo esfuerzos para preservar bienes emblemáticos como el Palacio Salvo y revalorar a la Ciudad Vieja. También dijo que a la par de no descuidar las finanzas debe mantenerse la capacidad de soñar, como él lo hace con una 18 de Julio que privilegie a los peatones, sin autos y con transporte eléctrico.
Íconos en Montevideo.
Entre las construcciones art déco que menos se divulgan como tales, en Montevideo es un ejemplo la Torre de los Homenajes del Estadio Centenario, del arquitecto Scasso, aunque algunos le adjudican rasgos del expresionismo holandés muy acentuados. De todos modos, las enormes alas que tiene implican un recurso decorativo «stream line».
Otro ejemplo es el ex Hotel Bristol y ex Riviera, en la rambla y 6 de Abril, Carrasco. Fue increíblemente construido, según proyecto del arquitecto Juan M. Delgado, en 1925, año de la Exposición de París que dio lugar al estilo y la estética del art déco. Se destaca por sus líneas matizadas por curvas en balcones, pretiles y barandas, y el empleo de motivos ornamentales.
Con un planteo diverso pero con puntos en común, en otros edificios emergen en los techos las torres, torreones o mástiles, como el que da nombre al clásico edificio náutico de Avenida Brasil y Benito Blanco, de los arquitectos Gonzalo Vázquez Barriere y Rafael Ruano, inaugurado en 1932 y famoso además por el bar Expreso Pocitos de su planta baja.
El Palacio Tapié, ubicado en Santiago de Chile y Constituyente, obra del arquitecto Francisco Vázquez Echeveste es de 1934 y asimismo suma elementos del art déco aun cuando domina una realización racionalista. Las decoraciones geométricas de su fachada significan de algún modo las «travesuras» que los creadores cometían en la práctica de la profesión contra discursos académicos ortodoxos que rechazaban al art déco.
Entre muchos más, también monumentales, en Plaza Independencia deslumbra el Palacio Rinaldi (de fines de la década de 1920), con su fachada en donde se destaca la herrería, los revoques con bajorrelieve o las cornisas y remates.
El origen de una arquitectura que nació basada en la geometría pura.
Para la exposición de 1925 en París se afirmaba que no se admitiría en ella más obras que las «francamente modernas». Se aspiraba a crear un nuevo estilo y a negar la arquitectura histórica, pero no se era nada preciso.
Debido a esto fue amplísima la diversidad de estilos que se vieron. Como han dicho los especialistas, resultaba curioso que se llamara a los arquitectos racionalistas para participar en una muestra de arte decorativo cuando ellos consideraban que éste era un concepto en extinción.
Sea como sea, aparecieron arquitecturas simétricas en las cuales contrastaba la geometría pura con composiciones monumentales. El art déco se afianzará así con una geometría elemental, del cubo, la esfera y la línea recta. Empleará el zigzag y conjugará influencias del cubismo, el constructivismo, el futurismo, y el propio art nouveau, del que evoluciona.
NOVENTA AÑOS DE HISTORIA.
El art déco de París a Nueva York.
La Exposición de Artes Decorativas de París de 1925 (que dio lugar al nacimiento del art déco) había estado prevista para una década antes, pero a raíz del estallido de la Primera Guerra Mundial quedó suspendida.
La idea originaria era hacer una muestra de los adelantos industriales y tecnológicos, y los nuevos productos. Al término de la guerra, en 1918 se retomó lo planeado en 1912, programándose la inauguración de la muestra para 1922. Pero otra vez debió posponerse debido a los problemas económicos que supuso la reconstrucción de los países. Al fin se llevó a cabo en 1925.
La sede fue el Grand Palais, acondicionado especialmente, con un pabellón que albergó a los 21 países participantes y a los 16 millones de personas que asistieron.
Aquella gran exposición tuvo su «réplica» en 1966, cuando se organizó en el Museo de Artes Decorativas la muestra que llevaba por título «Los años 25».
Una ausencia importantísima en la exposición de 1925 fue Estados Unidos. En este país sin embargo la arquitectura art déco se manifiesta en edificios icónicos, como ser en Nueva York. Uno es el Chrysler, con 77 plantas y 319 metros de altura, el más alto del mundo durante 11 meses, hasta que se hizo el otro ejemplo de art déco, el Empire State de 1931, con 102 plantas y 381 metros, el más alto hasta 1971.
CARLOS CIPRIANI LÓPEZ04 dic 2016
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