Hablar de interiorismo y decoración también es hablar de contextos culturales, dinámicas sociales y prácticas de vida. La conformación de los distintos ambientes, la orientación de cada elemento, la combinación de materiales y texturas, refleja modos y estilos de vida que van transformándose de generación en generación. Y en este cambio de década, el diseño de interiores evoluciona hacia otros parámetros que resignifican tendencias clásicas y modernas, alternando nuevas corrientes que priorizan la funcionalidad y la versatilidad con estilos que ya hemos visto en años anteriores.
Mucho de lo que contemplamos en pasarelas también lo vemos en hogares: los colores pasteles, los conceptos sustentables, los acabados brillantes y las mezclas de materiales étnicos son algunas de las tendencias compartidas entre ambas industrias, así como un fuerte regreso a lo natural que aboga por una casa despojada de artificios, espacios limpios y muebles multifuncionales.
DECORACIÓN JAPANDI CON ESTILO ESCANDINAVO Y MINIMALISTA
El término japandi es una fusión entre las palabras “japonés” y “escandinavo”, y alude a una tendencia ascendente que combina ambos estilos de diseño donde la simplicidad, la ligereza y la funcionalidad ocupan un lugar central junto con el color blanco, la madera natural y las formas orgánicas con fuerte influencia de los años cincuenta.
La decoración japandi se inspira en ambientes de espacios abiertos e iluminados, cómodos, modernos y minimalistas con mobiliario de líneas puras y materiales naturales. Predomina una paleta de colores cálidos y neutros combinados con tonos apagados y empolvados como rosa, azul y verde, aunque también funcionan muy bien el gris y el negro en detalles. Para este 2020, se suman también los colores menta y verde esmeralda, así como los tonos marinos más profundos.
La conexión del hombre con lo natural es una de las premisas fundamentales de esta corriente híbrida, por lo que predominan materiales como bambú, ratán, lino, algodón y cerámica en diálogo con elementos de madera clara tan característica del estilo nórdico. El minimalismo también está presente en la tendencia japandi y se vale de pocas piezas pero estratégicamente ubicadas. Los muebles tsiguen estas tendencias minimalistas y destacan por su baja altura como un símbolo que facilita conectar al hombre con sus raíces.
Aquí la grandilocuencia es dejada de lado para dar lugar a un estilo muy simple, versátil y práctico que combina lo mejor de ambos mundos escandinavo y nipón, aunque en teoría son conceptualmente muy distintos. Menos es más: los espacios destilan paz y armonía, originalidad y espiritualidad sin demasiada ornamentación. La belleza está en lo imperfecto, lo artesanal y lo atemporal.
LOS 80 ESTÁN DE VUELTA: DETALLES CROMADOS, ELEMENTOS HOLOGRÁFICOS Y COLORES NEÓN
Los excesos de la década de los ochenta volvieron para quedarse. Lo que en su momento significó una revolución en la forma de entender el diseño, regresa 40 años después con estilos atrevidos, colores llamativos, formas orgánicas, acabados brillantes, holografías y cromados.
Las piezas de mobiliario, las lámparas, e incluso los revestimientos, viajan desde la época dorada del diseño hasta la actualidad, aunque con un estilo que mezcla la opulencia ochentosa reinterpretándose a través de toques contemporáneos. Más es más en el lado “kitch” de los ochenta: vuelven con fuerza los colores pasteles, los laqueados, las flores y los espejos; aunque a diferencia del pasado no todo vale.
Los colores estridentes como rojo, amarillo, verde y azul se hacen presentes en tonalidades brillantes y llamativas para protagonizar desde paredes hasta muebles, detalles y complementos. También los estampados a rayas verticales se atreven a aparecer en cortinas, tapizados y cabeceras de cama, así como los muebles angulosos tan propios de aquella década con curvas y bordes acentuados. La mezcla de materiales es un hecho y así pueden convivir muebles transparentes, sillas de metacrilato, repisas de cristal y mesas de acero.
LA MULTICULTURALIDAD TRAE NOSTALGIA POR TRADICIONES DE CADA REGIÓN
La decoración étnica despierta interés por elementos multiculturales y procura incorporar materiales, texturas y colores autóctonos de distintas latitudes de África, Centroamérica, Sudamérica y Asia. Los mobiliarios robustos y contundentes, las superficies estampadas, los materiales naturales, los tejidos de lino, los patrones florales, las formas labradas y los colores cálidos delinean los básicos de esta tendencia.
Un estilo libre persigue elementos que reflejan la cultura y la artesanía de pueblos milenarios, haciendo convivir dentro de un mismo espacio influencias marroquíes, africanas, hindúes y aztecas, entre otras. Paralelamente, se exige un cierto equilibrio entre los elementos étnicos y la decoración general del espacio, siendo ideal combinarlos con complementos sencillos y minimalistas. También funciona muy bien la dicotomía en tonos oscuros y claros, donde los marrones se amalgaman con los negros generando un contraste especialmente atractivo.
En esta corriente, cuánto más natural sea todo mejor. Los materiales nobles como la madera, el metal, el bambú, el mimbre y la piedra son protagonistas, así como el uso de estampados y formas geométricas, sobre todo en adornos y accesorios que destacan por su indiscutida personalidad.
Los textiles, los tapices, las cerámicas, las figuras talladas en madera, las máscaras y las vajillas son los elementos más preferidos para aportar este toque multiétnico que bien sabe de integración y exotismo. Encontramos estampas a mano, dibujos típicos, alfombras artesanales, elementos de barro, tapices bordados, imitación de pieles de animales; todo con un sello multicultural excéntrico que aporta una veta artística más que valorada en lo que a interiorismo refiere.
CONTRACT: ESPACIOS MULTIFUNCIONALES SIN TABIQUES DE SEPARACION
La experimentación de sistemas de construcción alternativos que son tendencia desde hace ya algunos años, apuesta a un nuevo concepto en interiorismo que tiene que ver con la creación de espacios abiertos, diáfanos y transparentes. Hablamos del contract y su solución para disfrutar de ambientes prácticos y polivalentes, sin tabiques de separación entre algunas habitaciones y áreas limitadas por paredes transparentes y puertas corredizas.
Esta novedosa tendencia nace de una nueva metodología de convivencia y trabajo, que apuesta a la integración y la colaboración entre todos los integrantes a través de espacios multifuncionales abiertos. El plástico y el cristal son dos de los materiales de construcción más utilizados para ganar espacio y luz, causando una sensación de mayor amplitud por la conexión visual que se genera entre los dos o más ambientes.
Las nuevas corrientes definen espacios abiertos sin barreras arquitectónicas que limiten la visión completa de la estancia; en cambio, la separación de ambientes dentro de una misma habitación está dada por la disposición de los muebles y los juegos de color.
El contract se traslada al hogar mediante la utilización de materiales modernos y vanguardistas que tienen como último fin contrarrestar el impacto medioambiental. El ejemplo más claro de aplicación de este concepto es la generación de un mismo espacio en cocina, living y comedor, aunque la tendencia más reciente invita a romper con la separación interior-exterior con transparencias en paredes y techos.