Cuando se llega a la etapa de pintura de una obra, o cuando se está simplemente redecorando y se debe elegir el tono para los muros, tengo una tendencia, (con premeditación y alevosía) , de sugerir paletas de colores bastante intensas aunque combinadas con tonos neutros. Es una herramienta para focalizar puntos de atención, unir recorridos, y darle carácter a los espacios.
E inevitablemente la pregunta que le surge al cliente es …» ¿Y no me achicará el espacio?» . Personalmente tengo mucho motivos fundados y una biblioteca entera de material para argumentar que lo que te quite de impresión de grande se gana en impresión de personalidad y carácter. Hay ejemplos también en que el blanco o beiges integrales estan justificados por una decisión concreta, un efecto buscado, y eso es tan viable como lo anterior.
El punto es, que, como todo en la vida, para que funcione debe tener cierto «pienso» y con un poco de estrategia los resultados son mucho más impactantes y personalizados, que cuando se sigue el status quo.
Una vez hace tiempo, estaba argumentando el tema con un cliente que no estaba muy convencido ante la posibilidad de permitirme pintar un local enorme que iba a oficiar como supermercado en color borravino, y me decía «Mire que si no me gusta como queda, no cambio de color, cambio de arquitecta..!» A lo que yo le contestaba: «Mire: si lo pintamos de beige o blanco, ud seguro queda conforme y todos contentos …y el local, igualito al resto de su rubro. Si tomamos un riesgo, ahi podemos despegarnos y generar algo más impactante. Por suerte me acompañó en la decisión , no tuve que saber qué hubiera pasado realmente si no le gustaba porque quedó encantado.
Y por suerte, ése ha sido el efecto de la terapia del color en todas mis intervenciones. Realmente es increíble el giro que se le puede dar a todo un ambiente usando solo el recurso de la luz (para otro post) y el color con criterio e intencionalidad.
Después de todo…para qué quiero que un hall parezca más grande o que un baño social tambien? Si sigue cumpliendo la funcion pero entro y digo «Wow, que buen lugar!» solo generado por una diferencia cromática, ya estamos en buen camino!
El quitarle la posibilidad de ser único a un ambiente en función de un «parecer» algo que no sea, casi nunca va a generar un diferencial positivo en la intervención!
Hé aquí algunos ejemplos que ilustran la reflexión:
E inevitablemente la pregunta que le surge al cliente es …» ¿Y no me achicará el espacio?» . Personalmente tengo mucho motivos fundados y una biblioteca entera de material para argumentar que lo que te quite de impresión de grande se gana en impresión de personalidad y carácter. Hay ejemplos también en que el blanco o beiges integrales estan justificados por una decisión concreta, un efecto buscado, y eso es tan viable como lo anterior.
El punto es, que, como todo en la vida, para que funcione debe tener cierto «pienso» y con un poco de estrategia los resultados son mucho más impactantes y personalizados, que cuando se sigue el status quo.
Una vez hace tiempo, estaba argumentando el tema con un cliente que no estaba muy convencido ante la posibilidad de permitirme pintar un local enorme que iba a oficiar como supermercado en color borravino, y me decía «Mire que si no me gusta como queda, no cambio de color, cambio de arquitecta..!» A lo que yo le contestaba: «Mire: si lo pintamos de beige o blanco, ud seguro queda conforme y todos contentos …y el local, igualito al resto de su rubro. Si tomamos un riesgo, ahi podemos despegarnos y generar algo más impactante. Por suerte me acompañó en la decisión , no tuve que saber qué hubiera pasado realmente si no le gustaba porque quedó encantado.
Y por suerte, ése ha sido el efecto de la terapia del color en todas mis intervenciones. Realmente es increíble el giro que se le puede dar a todo un ambiente usando solo el recurso de la luz (para otro post) y el color con criterio e intencionalidad.
Después de todo…para qué quiero que un hall parezca más grande o que un baño social tambien? Si sigue cumpliendo la funcion pero entro y digo «Wow, que buen lugar!» solo generado por una diferencia cromática, ya estamos en buen camino!
El quitarle la posibilidad de ser único a un ambiente en función de un «parecer» algo que no sea, casi nunca va a generar un diferencial positivo en la intervención!
Hé aquí algunos ejemplos que ilustran la reflexión:
Acá, algunos donde el blanco está más que justificado:
El blanco como soporte de equipamiento con contraste:
Siguiendo la misma filosofía, otro ejemplo en el departamento de Donna Karan en Nueva York es blanco con acentos en colores intensos:
Otros ejemplos de contrastes con personalidad donde no se preocuparon por si hacia el ambiente más pequeño: