Para los profesionales en arquitectura e interiorismo siempre son buenas noticias el ingreso al mercado de nuevas firmas de equipamiento. Si además tienen un respaldo de prestigio de marca global, son fabricantes con intensivos controles de calidad, sus diseños están firmados por profesionales reconocidos (incluídos uruguayos) y su departamento de I+D se ocupa de pautar colecciones que resultan contemporáneas pero atemporales, la opción se impone con fuerza.
Saccaro es una empresa de gestión familiar pero actuación global, con más de 70 años de trayectoria, 70 tiendas en Latinoamérica, una planta de fabricación de 15 mil m2 y proyectos de gran escala alrededor del mundo.
Albino Saccaro (hoy de 92 años) comenzó en el año 1946 a trabajar el mimbre que servía para envases de botellas de vidrio, en un taller pequeño de Caxías do Sul. Con los años y el advenimiento de los envases plásticos, debió reconvertir su negocio, desarrollando mobiliario de hierro y mimbre muy de moda en esas épocas, que en su mayoría eran réplicas de tendencias internacionales.
Hacia mediados de la década del ´80 la empresa se reconvirtió una vez más, introduciendo un departamento de I+D (Investigación y desarrollo) que aportó novedades como el mimbre sintético especialmente para líneas de exteriores y colecciones propias basada en el aporte de diseñadores externos freelance, muchos de los cuales han crecido junto a la firma sosteniendo relaciones comerciales estables y continuas.
Tal es el caso de la arquitecta uruguaya Ana Revello Vázquez, quien estuvo en Montevideo junto al encargado de comercio exterior y posicionamiento de la marca y nuevas tiendas en Latinoamérica Gustavo Scola, brindando una charla en el showroom de Saccaro Uruguay, la galería que gerencian Soledad Gattás y María Caldeyro. Por la noche fue el turno de otra instancia esta vez en los salones de Bosch & Cia, otro de los showrooms para los muebles Saccaro.
La trayectoria de Ana es tan excepcional como admirable: Segunda de tres generaciones familiares de arquitectos, su padre fue autor entre otras obras del Cine Casablanca, y ella siguió sus pasos, recibiéndose de arquitecta en la Udelar pero radicándose enseguida en Brasil junto a su marido, también arquitecto. Allí, comenzó a trabajar en forma freelance, y coincidió con el cambio de Saccaro de basar sus líneas de productos en diseños de autor. En ese entonces Ana los descubrió buscando equipamiento para un proyecto de un restaurante, y la relación prosiguió diseñándoles otros productos para sus colecciones. Desde ese entonces han pasado 35 años y 300 productos comercializados, en los que tanto Ana como la empresa han crecido exponencialmente. Ana es una referente ineludible allí y también con otras firmas brasileras como Todeschini para quienes ha colaborado proyectando showrooms en varios lugares, incluída su sede en Montevideo.
En su charla, comentó la importancia de respetar el ADN de la firma, y saber equilibrar la tendencia y la interpretación de un tiempo con la mesura de trascender épocas. Es importante escuchar a los artesanos u operarios de la fábrica que dominan la ejecución y las técnicas para optimizar materiales, y garantizar resistencias, aprender sobre las máquinas y tecnologías usadas en los talleres, sobre fibras naturales y materiales alternativos, y en definitiva, a ir más allá del producto. Su permanente inquietud y viajes al exterior a las más importantes ferias del rubro equipamiento, sumado a un expertise logrado interactuando con una firma con tales recursos humanos y materiales han generado en el correr de los años una serie de colecciones que han ido empujando límites de tecnologías o procesos productivos con los cuales la empresa ha ido acompañando. Ejemplo de ello son los muebles de rattán sintético, especiales para exteriores, o los de fibras naturales tejidas con técnicas artesanales, maderas autóctonas o herrajes con detalles pensados al máximo, incluído el packing, de forma de garantizar excelencia en todo el proceso incluído cuando la pieza llega al usuario.
Algunas de las piezas diseñadas por Ana:
Por su parte, Gustavo Scola, encargado de la implementación de tiendas en Panamá, USA, Colombia y otros países de Latinoamérica hizo hincapié en la evolución de la empresa, alineándose con tendencias y reorganizándose permanentemente. En la década del ´80 introdujeron el diseño de autor, y hoy en día poseen una plana de profesionales entre los que se cuentan, además de Ana, otro estudio uruguayo: Muar, un francés, brasileros, y otros. Ello garantiza la trascendencia en el tiempo con una mirada plural y variada, de mayor alcance. Lanzan dos colecciones al año, una para interiores y otra para exteriores, con las que intentan siempre «contar historias».
La colección de Muar:
A partir del 2009 el foco fue no solo vender producto sino un concepto, y para ello crearon las «Flagship stores» tiendas exclusivas donde se aplicaba la lógica de cinco sentidos para que la marca sea percibida por el visitante: el tacto con el tratamiento de materiales de la envolvente y fachadas, el oído con música seleccionada en forma exclusiva para las tiendas así como el aroma de las mismas, y todos los detalles estudiados al máximo, tal es así que en el desarrollo del modelo inicial invirtieron 5 años y profesionales de variadas disciplinas en concebirlo.