2050 es el año donde importantes ciudades están apuntando a un cambio radical dentro de su planificación urbana, o al menos, ejercitan alternativas para mejorar muchos de los problemas que son comunes a varias –y sus soluciones– tendencias globales.
Helsinky, Medellín, Curitiba, o Barcelona cuentan con equipos especializados enfocados en hacer más eficientes la infraestructura y servicios para sus habitantes, y reducir la huella e impactos medioambientales.
En muchas de ellas, como Nueva York, abundan los proyectos de revitalización o reconversión de zonas, como el desarrollo de la calle 42 (42nd Greenway) que las convierte en sitios más amigables para sus usuarios. Y así hay miles de propuestas más o menos utópicas o realizables en casi toda ciudad que se precie de moderna y con cierta inquietud por el futuro.
Montevideo (además de los miles de proyectos que se emiten en Facultad de arquitectura cada año) tiene una plataforma de la IM de recepción de ideas: Proyecto Montevideo 2030 donde los ciudadanos pueden proponer ideas para mejorar la ciudad. Tiene su cuota bipolar al ser de órbita municipal… ¿Por qué esperar al 2030 para aplicarlas? ¿Por qué una página conceptual cuando está toda la ciudad para experimentar? Y cosas del estilo, pero siempre las instancias de reflexión y debate son positivas.
Hay otras plataformas más «voladas» como la de eVolo: una revista digital donde se difunden concursos de arquitectura, por ejemplo, de rascacielos del futuro, hábitats en la luna o edificios con energía solar cuyas soluciones, aportadas por estudiantes y profesionales alrededor del mundo, son algunas modernas, otras imposibles y otras estrambóticas, pero que cuestionan permanentemente el status quo.
Ahora conocemos el proyecto de «Paris Smart City 2050» el que parece decidida a reinventarse, no transformando solo una calle, sino toda la ciudad, siendo el primer proyecto sostenible con estas características.
El pasado mes de noviembre su alcaldesa, Anne Hidalgo, abrió un concurso público para que los más afamados arquitectos presentasen proyectos con los que impulsar París hacia el futuro.
Guiados con tales premisas, más de ochocientos proyectos respondieron a la llamada del concurso, que será fallado por un jurado próximamente.
De esa instancia ha trascendido la propuesta del estudio de Vincent Caillebaut (ganador de varios premios internacionales) con 8 ejemplos de torres residenciales. Y acá viene la parte de ciencia ficción o no tanto, después de todo las tecnologías avanzan a fuerza de soñadores.
Los edificios serán capaces de producir su propia electricidad, con celdas solares y escudos térmicos, terrazas de huertas verdes que absorben ruidos y smog y los jardines verticales buscarán reducir las emisiones contaminantes producidas principalmente por los gases de efecto invernadero en hasta un 75% hacia 2050.
Toda el agua de lluvia será aprovechada con unas bombas «hidroeléctricas reversibles» que también serán impulsadas por energía creada a partir de las celdas fotovoltaicas y pequeñas torres eólicas ubicadas en toda la ciudad.
La ciudad también contará con nuevos parques verticales equipados con «biorreactores de algas», torres de bambú con huertas integradas y puentes con diseños inspirados en medusas, con mecanismos que buscan aprovechar el movimiento del viento y el agua en los ríos para así generar energía.
Torres inteligentes con viviendas ecológicas que se mezclan con edificios que atrapan las partículas contaminantes y otros capaces de realizar la fotosíntesis.
Su función es combatir el smog, y se promete que lo atraparán gracias a su «estructura de dióxido de titanio».
Algunas de las edificaciones proyectadas están diseñadas con forma de flora de bambú o de panal de abeja, y responden a un concepto de granjas en altura junto a viviendas que permitirían a sus habitantes emprender su propia producción agrícola.
Torres AntiSmog
Su función es combatir el smog. El estudio promete que lo atraparán gracias a su «estructura de dióxido de titanio».
_ Las torres Manglar en la Gare du Nord
Mediante energía piezoeléctrica desplazarán trenes y anclarán actividades a su alrededor.
– Torre de fotosíntesis
La Torre Montparnasse, un gigantesco rascacielos que critican muchos parisinos por su impacto en el centro de la ciudad, sería sustituido por un gigantesco jardín vertical capaz de realizar la fotosíntesis y producir biocombustible, según el estudio.
– Granjas en altura
Algunas de las edificaciones proyectadas están diseñadas con forma de flora de bambú o de panal de abeja, y responden a un concepto de granjas en altura junto a viviendas que permitirían a sus habitantes emprender su propia producción agrícola.
-Puentes que producen energía
Según el diseño, este puente futurista producirá energía eléctrica mediante unas turbinas de viento cuyas hélices se complementarán con unas turbinas hidroeléctricas que usarían la energía cinética del río Sena.
La Rue de Rivoli frente al Louvre no está exenta de intervención.
Si usted es arquitecto, estará acostumbrado a ver estos delirios… Si no lo es, no se asuste con todo esto: No se trata de otro Haussman del siglo XXI, que barrerá con todo para insertar jardines verdes en medio de edificios patrimoniales altamente protegidos. Usualmente esto –que lleva implícito un montón de investigación y tecnologías en su propuesta– son la plataforma de debates hacia donde se quiere construír o mejorar las ciudades, cuya concepción actual, que en muchos casos (aún más las europeas) datan del siglo XIX de forma muy estática y delimitada, debe evolucionar.
De hecho, debe permitirse una segunda lectura de tendencias y lo son las huertas urbanas con producción sustentable que mejore la calidad de los alimentos que llegan al consumidor final, el desprender del suelo los vehículos de transporte, el que los edificios produzcan su propia energía, etc.
Cuando surgen estos proyectos polémicos si bien estéticamente puede tener sus objeciones, hay un elemento que es el de proponer, impactar y/o debatir: Al impactar se coloca el tema sobre la mesa, a veces no alcanza con temas livianos, y en definitiva como decía Óscar:
Carlos Martin Correa
on 11 noviembre, 2017 at 10:07 am
Gabriela; es un placer conocerte, sos de las personas que enriquecen a su alrededor. siempre nos sorprendes , dichosos de haber podido conocer otra visión de lo poco que compartimos,
Gabriela; es un placer conocerte, sos de las personas que enriquecen a su alrededor. siempre nos sorprendes , dichosos de haber podido conocer otra visión de lo poco que compartimos,
gracias por compartir estas inquietudes
abrazo