Pablo Mailhos: el artista en clave cuadriculada y vibrante.
Suena Sade de fondo y Pablo recibe en el oasis que creó para encontrarse consigo mismo y con artistas, amigos o clientes ofreciendo la oportunidad de interactuar en un ámbito que dice mucho del anfitrión.
Usualmente los artistas suelen refugiarse en sus talleres concentrados en la producción y delegan – o relegan- la gestión comercial en galerías, contactos esporádicos o el destino. Pocos entienden el valor de la experiencia de compra, interacción con el creador más allá de la obra en sí misma y mostrar el trabajo en un contexto creado para tal fin.
En un terreno entre la Ruta Interbalnearia y la playa, en plena Costa de Oro, detrás de un muro ciego, Pablo abre las puertas a su mundo concebido con un perfecto equilibrio entre lo profesional, lo social, las relaciones interpersonales y la materialidad de lo que se presenta pronto para tener una segunda vida con otro valor agregado.
En una secuencia de espacios exteriores, interiores, con perfecta ambientación y piezas rescatadas de distintos orígenes e historias, nos guía deteniéndose literalmente en cada rincón con anécdotas que lleva impregnadas cada uno de los componentes del lugar.
Rodeado de verde, poblado por piezas que esperan su transformación y quizás la inspiración del artista, una barra de un antiguo comercio, un carro, puertas o ventanas antiguas son el adelanto de lo que el interior despliega con talento y capacidad creativa y artesanal para darles otro uso o estética entre moderno industrial y rústico contemporáneo. Es el escenario perfecto para demostrar habilidades de un gusto innato no solo como aporte a su obra artística sino a la de restaurador que convierte desde un simple tablón o unas varillas de hierro de obra en objetos utilitarios o decorativos como insumos de ambientaciones..
El taller contiene innumerables lienzos, y tipos de pintura con los que experimenta en distintos formatos si bien se siente cómodo con los de mediana y grandes dimensiones, casi siempre abstractos y de potentes combinaciones cromáticas. Una búsqueda de personalidad estilística, un camino propio y singular distinguible como sello pero no por ello reiterativo. Sin embargo remiten a paisajes urbanos o entramados de distintas texturas o patterns, todos a mano alzada, intuitivos, vibrantes.
Pero es en el espacio social donde cada objeto cobra sentido bajo el ojo de selección e interveción de Pablo: alfombras, estanterías con libros o gabinetes de curiosidades, objetos decorativos, recuerdos de viajes, herencias familiares, hallazgos en remates y muchas más, generando un espacio ideal para encuentro con amigos, tertulias, charlas e intercambio con otros artistas o mentes inquietas.
Pablo es autodidacta pero heredó de su padre el amor al arte y él mismo se formó como arquitecto. A lo largo de su vida ha ido capitalizando investigaciones sobre referencias varidas, viajes y visitas a museos o eventos relevantes que han ido afinando su mirada y construyendo su identidad.
Luego de egresado de Facultad de arquitectura se dedicó a esa disciplina, a los negocios inmobiliarios, la decoración, para desde el año 2013 abocarse más intensivamente a su pasión e ingresar a la Fundación de Arte Contemporáneo dirigida por el artista Fernando López Lage.
En los últimos tiempos participó en talleres o seminarios de crítica de arte, coleccionismo, y diversos programas de educación en el área.
En los próximos días, en la inminente Art Basel, Pablo Mailhos exhibirá su obra insertándola en uno de los circuitos más estimulantes y relevantes del mundo del arte en Miami, conviviendo con máximos referentes y galerías que son visitadas por críticos, coleccionistas, creativos a nivel global. Una vidriera sin dudas desafiante de la cual surgirán novedades que seguiremos desde estas páginas.