Madera, ecobarrios y vivienda cooperativa: la arquitectura diseña su futuro
La naturaleza inspira la construcción. Los edificios y las urbes buscan futuro y sostenibilidad en el medio rural, mientras que la presencia vegetal persigue el deseo de un aire más saludable y mayor bienestar.
La arquitectura más innovadora toma nota de los sistemas metabólicos vegetales para mejorar la vida de sus habitantes, velando por el bienestar integral de las personas y la salud del planeta. El diseño se inspira en los ciclos de la naturaleza, donde la madera avanza como el material constructivo más sostenible.
Los proyectos multiplican la presencia vegetal para reducir la toxicidad del aire y elevar el bienestar psíquico y emocional. Nacen ecobarrios, distritos biodinámicas y vecindarios fértiles para humanizar la ciudad inyectando zonas verdes y huertos urbanos al entramado de la ciudad.
Se apuesta por reutilizar materiales de construcción. Surgen avances biotecnológicos para generar energía desde la naturaleza, desde baterías que iluminan puntos insertados en la tierra a interruptores biológicos que se activan con el tacto humano. Y la vivienda cooperativa, en la que el futuro habitante actúa como promotor, suma adeptos, también entre las rentas altas.
En simbiosis con la naturaleza
La arquitectura que viene aboga por no establecer fronteras entre los seres humanos y el ecosistema. Aprende de los principios de la naturaleza para ofrecer calidad de vida a todos los seres vivos del planeta. Introduce un alto porcentaje de mundo vegetal en nuestros hábitats como elemento constitutivo del proyecto, capaz de contrarrestar la contaminación del aire y proporcionar bienestar psíquico y emocional.
El diseño mira al árbol y las plantas como modelos metabólicos y se inspira en sus ciclos regenerativos. La arquitectura se fusiona con el paisajismo. Parques y jardines incorporan avances biotecnológicos capaces de generar energía desde la naturaleza. Con baterías biológicas en paneles terrestres que alimentan puntos de luz insertos en la misma tierra o la transformación de plantas vivas en interruptores biológicos que se activan con el tacto humano.
Our Shelves Houses, en Madrid, de Suma Arquitectura, aúna el potencial de las construcciones con estructuras de madera y el edificio de viviendas en cooperativa.
Altos edificios de madera
Transformada en producto industrial innovador con alto rendimiento y eficiencia, la madera avanza como el material constructivo más sostenible, tras dos siglos precedentes de acero y hormigón. Siempre como madera certificada de bosques de gestión sostenible y, mejor, de proximidad. Se acaba de iniciar el proyecto de la torre residencial más alta del mundo con estructura portante de madera, de 100 metros de altura, en Suiza.
Torre residencial Rocket&Tigerli, del estudio SHL Architects. Con estructura de madera, este proyecto ubicado en Suiza está implementando un nuevo sistema constructivo.
Ecobarrios y distritos biodinámicos
Se postulan como la fórmula urbanística óptima para humanizar las ciudades y combatir la crisis climática. Incorporan grandes retazos de naturaleza, zonas verdes, arboretum autóctono o huertos urbanos que aporten productos cero carbono y soberanía alimentaria.
Componen zonas de uso mixto, residenciales, con actividad económica y servicios, regidos por una movilidad sostenible y un espacio público eminentemente peatonal. Conforman esa ciudad de los 15 minutos que facilita llegar a muchos lugares caminando o pedaleando; ejercicios físicos suaves que revierte en la salud. Equipados con aparcamientos y una conexión perimetral eficaz para emplear transporte público o privado, persiguen la autosuficiencia energética.
Si la directiva de la Unión Europea referida a los edificios ya establece que todos los estados miembros cuenten con un parque inmobiliario altamente eficiente desde el punto de vista energético y descabonizado antes de 2050, ahora le llega el turno al desarrollo de nuevos conceptos de vecindario.
Algunos ejemplos destacados son el futuro barrio Life Lugo-Biodinámica, en un terreno de unas 40 hectáreas de la ciudad gallega, que se localizará en el ámbito de su Cinturón Verde y coserá los dos parques industriales O Ceao y As Gándaras. O el proyecto Agrociudad Gagarine Truillot de regeneración urbana integral de un barrio de vivienda obrera próximo a París, que introduce auténticos paisajes agrícolas en el medio urbano dentro de una red que prima la movilidad peatonal.
El estudio Achikubik, con doble sede en Barcelona y París, es autor del proyecto Agrociudad Gagarine, merecedor del Premio de Urbanismo Español 2021.
Deconstrucción versus demolición
La arquitectura más avanzada tiene en cuenta ya en la fase del proyecto que, llegado el momento de demoler, se puedan rescatar antes los materiales y volver a reutilizarlos en otros proyectos. Trata los desechos como un recurso a explotar: en el caso de un edificio se estima que está formado por más de 3000 piezas y materiales distintos.
Un ejemplo es el proyecto de Bioo Tech en colaboración con ON-A, que incorpora biopaneles con baterías biológicas para alimentar puntos de luz insertos en la misma tierra. Esta construcción metaboliza y establece la trazabilidad de los elementos, en pos de una economía circular regenerativa. Se trata de minimizar la huella de carbono y reducir la manufactura de productos a partir de materias primas escasas o que en su proceso de producción implican un elevado consumo de energía y emiten CO2.
Bioo Tech en colaboración con ON-A.
Ampliar viviendas sin mudanzas
A la vez que el usuario ve agrandada su vivienda, supone una mejora en confort y ahorro de energía. Un tipo de actuación que llega a la par que la progresiva industrialización del sector de la construcción en seco y emplea sistemas modulares prefabricados que se adhieren a la fachada, creando una nueva. Se dota de espacio extra a las viviendas, con terrazas cubiertas o habitáculos de distinto uso. Se genera un colchón climático y aísla térmicamente para evitar pérdida calorífica.
La firma Bioo Tech transforma plantas vivas en interruptores biológicos que se activan con el tacto humano. Las transformaciones del edificio se realizan sin desalojar a los habitantes. Uno de los grandes referentes de esta estrategia, que ahora se comienza a replicar, es el premio Mies van der Rohe 2019 adjudicado al proyecto de rehabilitación de 530 viviendas sociales en el Grand Parc Burdeos, de Lacaton&Vassal Architectes, Fréderic Druot Architecture y Crhristophe Hutin Architecture.
Grand Parc Burdeos, de Lacaton&Vassal Architectes, Fréderic Druot Architecture y Crhristophe Hutin Architecture.
Participar en vivienda cooperativa
Participar en viviendas cooperativas gana adeptos en todos los estratos sociales, también en las rentas altas. En la vivienda en régimen de cooperativa, el futuro habitante actúa como promotor. Y en ese nuevo papel participa en la toma de decisiones del proceso proyectual, de modo que el equipo de arquitectos disponga de la máxima información para ajustarlo a sus necesidades reales. Supone un ahorro de un 20 a 30% que corresponde a los beneficios de una promotora inmobiliaria.
La vivienda en cooperativa es una fórmula consolidada en países europeos con alto poder adquisitivo. Ante el déficit de vivienda social y precios disparados, la cooperativa resulta una excelente opción para afrontar la vivienda como un bien de uso y no especulativo. Una alternativa al actual mercado de la vivienda, con mayor flexibilidad espacial que incluye zonas compartidas y compromiso comunitario. El modelo cooperativo también se extiende a edificios con espacios de trabajo, industrias creativas o pequeñas empresas, con modelos de construcción autogestionado.
Proyecto de Bjarke Ingels. Vestre, ejemplo de nueva fábrica ecofriendly sumida en un bosque noruego.