Los edificios, las armas secretas en el combate de enfermedades infecciosas

24/04/2020 | Actualidad

Los edificios, las armas secretas en el combate de enfermedades infecciosas

24/04/20Actualidad, Destacados, Sustentabilidad, Tech, Tendencias

Los edificios, las armas secretas en el combate de enfermedades infecciosas

24/04/20 | Actualidad, Destacados, Sustentabilidad, Tech, Tendencias

 

A lo largo de la historia, especialmente en los últimos dos siglos, los temas de salubridad pública han delineado definitivamente las formas de planificación de las ciudades en general y de las viviendas en particular; y la crisis del Covid, una vez superada, no será la excepción.

Si algo se haya aprendido para ese entonces, habrá datos preliminares que serán valiosos en el diseño a todo nivel y el impacto de la misma será cuantificado y usado como input para generar espacios que se rijan por esas nuevas pautas, con mejor calidad de vida para sus habitantes.

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Cuando se intensificaron la consecuencias de la pandemia y se exigía al máximo a colectivos profesionales como los médicos, periodistas o agricultores, los arquitectos quedaron a un lado encerrados, esperando pacientemente, cuestionándose en varios casos cuál puede ser el aporte en estas circunstancias.

Si bien en el momento no hay demasiado para sumar, es en instancias previas o posteriores a eventos de este tipo cuando los edificios pueden ser proyectados para convertirse en las armas secretas para combatir enfermedades infecciosas y reducir sus impactos.

La relación entre enfermedades y arquitectura puede no ser tan evidente en primera instancia pero allí está y puede gestionarse a favor de los usuarios y las ciudades en que se insertan.

 

Generalidades

Hoy en día, más de la mitad de la población mundial (55%) vive en áreas urbanas y se espera que esta proporción aumente a 68% en promedio para 2050. Las previsiones muestran que la urbanización y el crecimiento de la población podrían agregar otros 2,500 millones de personas a las áreas urbanas para el 2050.

 

 

Esa tendencia global sumada a la de este tipo de crisis sanitarias obliga a repensar los parámetros de diseño de viviendas, especialmente aquellas de interés social, así como las normativas generales que regulan el proyecto en todos los niveles.

La usual contraposición entre economía y salud al enfrentar los intereses económicos con la preservación o prevención en temas sanitarios no es tal ya que de no sostener una, la otra inevitablemente se ve afectada, resultando en perjuicio para la persona/colectivo o país. Si no se cuida la economía, se ve afectada la calidad de vida y del hábitat, repercutiendo en temas de salud y a la inversa si no se cuidan aspectos que afectan la salud, no se puede ser productivo, afectando la economía.

 

Viviendas colectivas

En las viviendas colectivas de clase media son habituales ahora los ejemplos que cuentan con servicios y amenities como gimnasios, piscinas, canchas y otros espacios para ocio, salud y tiempo libre que sin embargo se clausuran ante estas condicionantes con lo que nuevamente allí es clave el formato, terminaciones y acondicionamiento del espacio residencial unitario y familiar.

Peores condiciones enfrentan quienes viven en espacios acotados, ya sea en los ejemplos anteriores de condominios dirigidos a clase media donde a pesar de los servicios comunes las áreas se mantienen en mínimos autorizados para garantizar el máximo aprovechamiento comercial del proyecto, o los habitantes de menores ingresos y posibilidades que habitan viviendas precarias o de autoayuda o de interés social, también albergando a varios integrantes de una familia en espacios mínimos.

Los desarrolladores inmobiliarios deben moverse entre el precio del terreno, el de la mano de obra y costos de construcción y los márgenes proyectados. Así, en contextos como el uruguayo donde los costos de construcción son altos, lo primero a sacrificar es la calidad del producto final con el consecuente perjuicio de vida y mantenimiento para sus ocupantes. Allí una de las responsabilidades clave es la elaboración de normativas que regulen esos factores que repercuten en salud de la población, sin mencionar el paisaje urbano y la calidad de vida de los residentes.

 

 

Un poco de historia

Desde mediados del siglo XVIII se han sucedido en distintos puntos del globo epidemias generadas por aumentos exponenciales de la población urbana y hacinamientos debido a las corrientes migratorias y revolución industrial.

Luego de las mismas, las ciudades han visto transformaciones drásticas y de largo alcance.

Tal es el caso de París, Londres o Barcelona.

París: Eugène Haussmann era prefecto de París cuando recibió en 1852  el encargo de Napoleón III de llevar a cabo un programa de reformas en la ciudad, así como varias obras de infraestructura de alcantarillado, parques y espacios verdes. Su obra alteró gran parte de la ciudad medieval y se calcula que transformó el 60 % de los edificios de París, transformándola en menos de dos décadas, de ciudad medieval a la más moderna del mundo. Tuvo otras finalidades como políticas ( las anchas calles evitaban barricadas y alzamientos) y consecuencias como desplazamiento de clases bajas a la periferia.

 

 

El plan de Ildefonso Cerdá para Barcelona o las reformas de Londres luego de pestes debidas a aguas contaminadas y entornos hacinados sumaron acciones que se consolidaron globalmente en el Movimiento moderno liderado por Le Corbusier que propuso sus viviendas orientadas al sol, con amplias terrazas como respuesta higienista a los estilos ornamentados previos. En su libro «Vers une architecture» concibe las casas tradicionales como agentes debilitantes del organismo. Cada época de la historia ha tenido su enfermedad prevalente (tuberculosis, cólera, sida, gripe) y dice mucho de cada sociedad el como resuelve su presente basada en experiencias previas.

 

 

Nueva normalidad

Acondicionamientos

Es el tipo de beneficio que por invisible o intangible antes de la ocupación es obviado de las prioridades, pero indispensables en estos nuevos contextos. El acondicionamiento térmico correcto generado por capas de terminaciones, aislantes y revestimientos de muros perimetrales y cubiertas evitan condensaciones, generación de hongos y humedades nocivas para la salud.

La ventilación natural, cruzada de ser posible o al menos permitida por aberturas de mayor superficie es clave también. El fomento a la introducción de nuevos materiales ya sea para técnicas constructivas que aporten rapidez sin sacrificar calidad, o sirvan como superficies repelentes de bacterias, facilitando la limpieza deberían ser estimulados por parte de las oficinas de registro de las municipalidades. Seguramente los sellos de calidad ambiental usuales como Leed introduzcan nuevos factores en su ecuación de sustentabilidad ambiental.

En cuanto a la renovación de aire también deberá asegurarse por medios naturales o artificiales que se produzca eficientemente.

 

Detectores / Prevención

La tendencia a a automatización e internet de las cosas (conectividad entre dispositivos de diversas funciones)  deberá acelerar posibilidades en cuanto a prevenir situaciones más críticas. El transporte público es un buen escenario para instalar tratamientos especiales de renovación del aire, sensores de temperatura corporal y reconocimiento facial que posibiliten detectar situaciones y evitar su contacto intrafamiliar o en ambientes de trabajo. Una cadena estratégica para aportar datos, y prevención de situaciones críticas.

El uso de dispositivos de pago sin contacto y de hecho el uso intensivo de dispositivos celulares aportará data necesaria para proyecciones de comportamientos y herramientas para comunicar situaciones de crisis.

 

 Tipologías

La distribución interior de espacios en una vivienda suele tener variaciones que se reducen cuando aumenta la especulación en tanto lo permite la normativa.

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Baños y cocinas: Conceptos hasta ahora dados por sentado como que un baño, o incluso cocinas, de los ambientes más contaminantes y contaminados de la casa puedan ser interiores, sin ventilaciones adecuadas ni renovaciones de aire deberán ser revisados y adaptados al cambio de paradigma. La reformulación de las plantas tipo deberá ser obligatorio, acompañado de disposiciones reglamentarias que lo contemplen y lo eviten en las instancias de especulación inmobiliaria más agresivas. 

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_ Balcones y terrazas como expansión del interior. La integración del verde a los espacios residenciales colectivos es una realidad al menos en la mayoría de los proyectos actuales pero deberán no ser desplazados en instancias de viviendas de interés social.

Sin llegar a extremos como el Bosco verticale de Milán, puede diseñarse teniendo en cuenta estas premisas incluso usando las azoteas como espacios comunes o individuales, ahora no tan generalizados. Vegetación autóctona irrigada con aguas grises deberían ser parte del paisaje habitual residencial no importa el tipo, clase o mercado al que estén dirigidas.

En uno de los países más castigados por la pandemia, el arquitecto jefe de la municipalidad de Barcelona fue diagnosticado con Covid y desde su encierro reflexionó sobre el diseño de los edificios low cost describiéndolos como «inmuebles enfermos», clamando por repensar las tipologías e incluir necesariamente balcones y terrazas integrados con vegetación irrigada por aguas grises.

Un ejemplo exponencial de ello fue develado en oportunidad de un concurso realizado por la alcaldesa de París Anne Hidalgo hace unos años donde invitaba a imaginar la ciudad en clave «Smart city año 2050». Una de las propuestas más impactantes y llenas de verde eran del Estudio Vincent Callebaut donde invadía la ciudad incluídos edificios haussmanianos con verde por doquier.

 

 

_ Flexibilidad: En edificios públicos la posibilidad de cambio de configuración y ser transformados a usos diferentes será un valor adicional a ser considerado.

 

Bio Sensores

Nuevas tecnologías provenientes de la industria médica pueden ser innovadoras en este sentido en la construcción y otros sectores para detección de anomalías medioambientales.

Además de mejoras en ventilación pueden instalarse sensores de temperatura corporal, termografía infrarroja y de reconocimiento facial en los halls de edificios comunitarios. Otras posibilidades son los sensores con geles impregnados con células vivas que reaccionan y se encienden al detectar virus y toxinas. Ya se está estudiando esa migración a dispositivos de uso en otros escenarios e incluso de uso personal, portables. Si le parece ciencia ficción, lo generado por el Covid también lo era hasta hace pocos meses, con lo que será imperativo ponerse al día con las exigencias de los nuevos tiempos.

De hecho, un equipo de investigadores en los Laboratorios Federales de Ciencia y Tecnología de los Materiales de Suiza (coincidentemente liderados por un científico chino) logró desarrollar un biosensor para detectar no sólo el nuevo coronavirus, sino también para monitorear el virus en el ambiente. Lo hacen con una tecnología alternativa al  RT-PCR que utiliza fenómenos físicos por los que las moléculas de un virus producen cambios de luz y temperatura en estructuras metálicas microscópicas lo que permite detectar su presencia.

 

Arquitectura + Gestión complementaria

La gestión de multitudes en espacios públicos cerrados será sin dudas un desafío imperante a futuro. Un ejemplo clave y crítico se da en los aeropuertos en las filas de oficinas de controles de migración donde se concentra mucha gente proveniente de diferentes destinos durante mucho tiempo. Eso debería resolverse en el futuro a corto plazo.

Al respecto, una de las mayores firmas de arquitectura globales, Gensler ha elaborado numerosas propuestas para actuación en diversos ámbitos ya sea de planificación urbana, de trabajo, gubernamentales y de movilidad. En los aeropuertos, por ejemplo, propone que los pasajeros esperen deambulando por las tiendas o restaurantes y sean llamados por turnos con una activación en su celular. Tan simple y lógico como increíble que aún no esté implementado.

 

 

Otra mirada a la implantación de barrios residenciales suele incluir la tensión entre el criterio de expansión hacia áreas rurales (posibles en territorios como Uruguay) en contraposición a la centralidad y optimización de servicios, a la sustentabilidad. La revalorización de la vivienda suburbana y rural en estas circunstancias la vuelve un objeto de deseo aunque incompatible con el aprovechamiento eficiente de las infraestructuras para dotarlas de servicios.

 

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Los desafíos en el futuro cercano una vez superada esta instancia, serán:

_ Capitalizar la conjunción singular de adelantos tecnológicos y de datos para construir herramientas y procesos que acompañen esa «Nueva normalidad».

_ Combinar una era de libertad responsable con restricciones de libertades en base a vigilancias y monitoreo constante.

_ Cruces multidisciplinarios acentuados en la estrategia de planificación urbana, arquitectónica para integrar dispositivos de registro, monitoreo, prevención y accionamiento de alertas que permitan respuestas rápidas, contención de daños y corrección a futuro.

_ Priorizar calidad de vida fomentando el desarrollo de tecnologías y procesos que permitan democratizar el acceso a una vivienda digna y contenedora de dinámicas familiares en constante cambio.

_ Integración de tecnologías de comunicación entre dispositivos, personas e infraestructura de ciudades.

 

Libros publicados como «XRay Architecture» de Beatriz Colomina  o incluso «Illness as metaphore» de Susan Sontag describen los entramados simbólicos y físicos de las infraestructuras edilicias asociadas a enfermedades provocando desódenes nerviosos, agorafobia, claustrofobia y una serie de enfermedades y dolencias propias de la vida urbana.

 

 

 

 

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