La obra de ingeniería que desafía a la imaginación
A simple vista y en época de sequía, si uno pasa por la Presa de Monticello en el Lago Berryessa, en California, cerca del Napa Valley puede no advertir ninguna particularidad.
Sin embargo, si lo hace luego de abundantes lluvias puede tener una visión digna de uno de esos renders de situaciones imposibles.
Si bien es lo suficientemente impresionante como para pensar que se debe a un suceso sobrenatural si no se está informado al respecto, el «Morning Glory Hole» es un espectáculo que se da esporádicamente y tiene una explicación basada en la ingeniería hidráulica: es una obra humana concebida para combatir el exceso hídrico, aliviando la presión y elevación del nivel del agua en forma controlada. Cuando el agua se eleva cercana al nivel que sobrepasa la represa, llega también al nivel de este hoyo, cercano a la misma, que la recibe cual verdadero resumidero y canaliza el agua a razón de 1370 m³ por segundo hacia el otro lado de la estructura.
Se trata de un aliviadero de hormigón en forma de tubo que se asemeja a un gran desagüe de bañera a escala gigante. Tiene un diámetro de 22 metros, una longitud de 200m y cumple su función cuando el agua supera los 134 metros de altura en el embalse. El canal del aliviadero se hace pasar por debajo del cuerpo de la presa y produciéndose la salida de la galería aguas abajo.
Estas estructuras reciben su nombre «morning glory» debido a su parecido con las flores homónimas.
La presa Monticello realizada por la firma Reclamation desarrolladora de presas -incluída la Hoover Dam- y prestadora de servicios de hidroelectricidad y agua en el oeste de Estados Unidos para 31 millones de habitantes), inició su construcción en el año 1953 y se completó hacia el año 1957. Su dique tiene una altura de 93m y su planta eléctrica consta de tres generadores de energía hidráulica.
El Glory Hole se ha accionado unas 26 veces en las últimas 6 décadas, pero cuando lo hace, el fenómeno es casi hipnótico. Demás está decir que no solo está prohibido nadar o navegar en esa área sino que hay boyas de señalización y el parque circundante está vallado en tierra.
Si bien es uno de los más impactantes, no es un caso singular, algunos de ellos tienen casi 100 años de construídos y operativos. El más cercano está en la provincia de Córdoba, en el Dique San Roque.