¿Puede existir un país cuyo suelo se conforme exclusivamente por los desechos de otros? No es algo de ciencia ficción sino de una e(in)volución que vive el medio ambiente cuando las industrias vuelcan cada vez mayor cantidad de desperdicios plásticos en el océano.
Esa realidad fue el punto de partida de una campaña llevada a cabo por The Plastic Oceans Foundation en colaboración con The Lad Bible, una agencia de publicidad, junto a otras acciones como una petición en Change.org, solicitudes a nivel de organismos mundiales y mucho más.
¿El concepto? Crear una nación con bandera, pasaporte, papel moneda y sellos postales que pueda postularse para integrar el Consejo de las Naciones Unidas y de esta forma ser pasible de mismas exigencias que otros países, que deberán colaborar para resolver el problema.
Los mayores consumidores de plásticos son supermercados o cadenas de comidas que confían en la recolección domiciliaria usualmente servicios contratados por el Estado, lo cual lleva a descansar en este el resultado del procedimiento, que sin duda no es adecuado a una política a largo plazo o acorde a la vida útil del material que se descarta.
Las mayores aglomeraciones de basura oceánica se encuentran en el Pacífico: la «Great Pacific Garbage Patch» (GPGP) o la mancha de plástico del Pacífico tiene el doble del tamaño de Texas y en ese entorno supera en 6 a 1 el plástico a la fauna marina. Se encuentra entre Hawai y California y hay otra similar al este de las costas de Japón. Ambas se forman por corrientes, oleaje y vientos que las aglomeran en escalas de magnitudes alarmantes, muchas veces como nubes de microplásticos; a veces incluso imperceptibles al ojo humano o de satélites, pero que se mezclan con otras sustancias. Fueron registradas por primera vez por Charles Moore, un capitán de velero de competencia que descubrió el Vortex en 1997. Y eso es lo que está en la superficie: otro tanto más denso yace sumergido en suelo marino lo cual hace prácticamente imposible el relevamiento acertado del problema…
Plankton y alimento para fauna marina están amenazados y todos los años crece el número de animales contaminados por ingesta de estos productos.
Otro factor de polución son redes de pesca o los barcos cargueros que en tormentas pierden contenedores de productos. Productos como monitores de computadoras, legos o desastres memorables como los protagonizados por Nike, uno de cuyos transportes se volcó al mar que arrastró zapatillas hasta las costas de USA donde la gente los encontraba y organizaban reuniones para empatar pares de mismo modelo y talle.
Como estas concentraciones se encuentran en alta mar lejos de aguas territoriales, ningún país toma acciones directas o responsabilidades al respecto y abordado en forma unilateral seriamente puede llevar a la bancarrota a quien lo intente. Sin embargo, sí está en agendas políticas de eventos como el World Economic Forum; el desafío es pasar del lobby a acciones concretas y mensurables.
La solución al problema no es fácil: La National Ocean and Atmospheric Administration’s Marine Debris Program estima que si se destinara 67 barcos a limpiar las zonas implicadas solo se resolvería un 1% del problema, lo cual refleja la dimensión de los daños. Otro riesgo es que el filtrado de desechos implica también atrapar animales de escala pequeña.
«Hay suficiente basura plástica en el océano como para circunvalar la Tierra 425 veces»
Los plásticos son derivados del petróleo o sea que las grandes compañías petroleras suelen estar detrás de desastres ambientales en los océanos ya sea por derrames de crudo o por acumulación de productos procesados.
No se trata de impedir el uso por ejemplo en botellas de agua pero sí de fomentar políticas de reciclaje en forma más intensiva y estimular la fabricación de envases en materiales biodegradables.
Algunas cifras de algo que ya rompe los ojos pero plasman las causas de esta realidad:
_ Cada día en el área metropolitana de Los Angeles se vierten 10 toneladas de plástico al océano.
_ Actualmente solo se recupera un 5% del plástico que se produce.
_ La industria del plástico insume un 8% de la producción de petróleo a nivel global.
_ Se requieren de 500 a 1000 años para degradar el plástico
Esfuerzos como los de Coca Cola desarrollando Plant Bottle (una botella reciclable hecha con fibras vegetales y lanzada en la Feria de Milán), son importantes en el avance hacia soluciones o al menos reversión del proceso. Los envases PlantBottle™ usan tecnología patentada que convierte los azúcares naturales de las plantas en ingredientes para fabricar botellas de plástico PET totalmente reciclables. Los envases se ven, funcionan y se reciclan como el PET tradicional, pero dejan una huella menor en el planeta y sus recursos. Muchas otras empresas siguen esos pasos hoy en día.
Coca-Cola utiliza la caña de azúcar y los residuos del proceso de producción de esta para crear los envases PlantBottle. Ambos materiales cumplen con los criterios de sustentabilidad de la compañía para identificar los ingredientes a base de plantas para el material de PlantBottle. Estos criterios incluyen demostrar un buen desempeño ambiental y social, así como evitar impactos negativos en la seguridad alimenticia. La compañía, sin embargo, pretende que el envase sea visto como reciclable y no como biodegradable, lo cual implica una cadena más larga de distintas vidas de un producto antes de descartarlo por completo.
En San Francisco el alcalde Gavin Newsom (2004-2011) prohibió las bolsas de nylon de los supermercados y el agua envasada en las oficinas públicas, alentando al consumo directo de la canilla.
Como todo, los grandes efectos se forman desde pequeños hábitos: como beber agua de dispositivos rellenables o usar bolsas propias o reciclables para el supermercado, pero la clave será dar impulso al concepto de Economía circular basado en el reuso de componentes para minimizar la huella en el planeta. O de lo contrario dar el destino como material de larga vida a usos que realmente se beneficien con esa cualidad.
Y Al Gore, reconocido activista fomentando medidas para revertir los daños al medio ambiente. ¡Es el primer ciudadano de esa isla!
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Muy buen artículo Gabriela !!! Todavía es tiempo de luchar para mejorar las cosas.
Suecia por ejemplo se ha vuelto tan efectiva en el tratamiento de sus residuos que hoy está importando bnasura para reciclarla en sus industrias.. Claro está que esto no no nace por obra y gracia de la divina providencia, es necesario hacer carne en el concepto de reciclar de cuidar el planeta, el único que hoy tenemos por otra parte.. Saludos cordiales. G.Q.