Hace solo un par de meses se inauguró en Oporto, el hotel boutique Torel 1884. Se encuentra emplazado en un antiguo palacio que data de finales del siglo XIX. Con solo 12 habitaciones, junto con 11 apartamentos ubicados en un edificio adyacente, con techos altos, ventanas elevadas y un tradicional tragaluz que perfora el techo, este lugar inspira a vivir como reyes.
Solo basta poner un pie en este lugar para transportarse a otros mundos y épocas llenas de tesoros exóticos. Sí porque «Torel 1884 Suites & Apartments», tiene como hilo conductor los descubrimientos portugueses, los que incluían materiales y animales nunca vistos, y que los exploradores traían a Europa. Es por eso que cada una de las 23 habitaciones, suites y apartamentos toma el nombre de los diferentes materiales y animales que descubrieron. Es así como te puedes hospedar en la habitación: porcelana, té o aves exóticas. La idea era reproducir su origen, a través de colores, materiales y obras de arte. Con el enfoque dirigido a expresar las raíces de los descubrimientos, la naturaleza y los colores predominantes de los mismos, los materiales naturales como el lino, el algodón o la seda y los colores como el beige, el verde o el marrón desempeñan un papel fundamental en la definición del escenario.
Para recuperar el palacio se llamó a la firma local NNArquitetura que se aseguró de que gran parte de las características originales de Torel 1884, incluyendo granito, azulejos y cornisas, estuvieran bien conservadas. Incluso las manijas de las puertas de la época se incorporaron a los baños públicos y las puertas de vidrio del restaurante Bartolomeu donde el viejo piso de madera, hecho de pino portugués, fue rescatado en su totalidad. Este espacio informal, pero elegante, es el lugar perfecto para sentarse y relajarse disfrutando de una copa del puerto local y probando algunas delicias portuguesas después de pasar el día explorando las vistas y los sonidos de Oporto.
Para destacar los detalles arquitectónicos antiguos Francisca Navio, cofundadora e interiorista en Nano Design, se inspiró en las rutas comerciales de los siglos XV al XVII. Mediante la fusión de nogal, latón, mármol, hierro, cerámica y terracota con textiles refrescantes que incluyen ropa de cama, algodón, seda y rafia, lograron dar con un look fresco y a la vez inmemorial. “Los papeles murales que utilizamos siguieron inspirándose en ambientes exóticos, por eso se puede ver motivos tales como: hojas de banano reales, vetas de madera y caña», dice Navio. Estos se suman a una paleta de colores muy terrosa, que mezcla el tono neutro de la arena y el azul marino saturado, generando una combinación de elegancia a toda prueba.