Dyson: La empresa que más invierte en innovación en Reino Unido

11/07/2018 | Actualidad

James Dyson (Norfolk, UK, 1947) es dueño de una multinacional que lleva su nombre, y comercializa productos innovadores en ámbitos domésticos y comerciales como aspiradoras, ventiladores y secadores de manos.  58 de esos productos han generado ganancias por 4,8 billones de dólares en el 2017. Es por ello, un ejemplo singular de éxito no solo a nivel de diseño sino también comercial a nivel global, introduciendo tecnologías disruptivas en sus rubros.

Todo comenzó  en 1978 cuando intentaba arreglar una aspiradora en el garage de su casa en épocas en que trabajaba en una fábrica de filtros de aire. Cruzó tecnologías y problemas propios de una industria para aplicarlos en ámbitos domésticos, creando el colector cyclone que no perdía potencia mientras recolectaba partículas.

Adaptando esa invención a aspiradoras domésticas, y ayudado por el sueldo de su esposa como profesora de arte en un colegio, ensayó 5.000 prototipos antes de llegar a uno de funcionamiento óptimo. Inicialmente, los fabricantes tradicionales de aspiradoras no mostraron interés en  el nuevo producto y lo vendió a una compañía en Japón, donde tuvo éxito e incluso ganó premios en 1991.

 

En 1993, varios años después de su primer intento de ganar el mercado local mostrando nueva tecnología, logró lanzar al mercado la DC01, la primera aspiradora sin bolsa ni pérdida de succión del mercado con tecnología cyclone que se convirtió en el producto de su rubro más vendido alrededor del Reino Unido, a pesar de tener un precio de venta considerablemente más alto que su competencia.  Para ese entonces el mercado de las bolsas de repuesto era de 100 millones de libras y superó a la competencia con su slogan «diga adiós a las bolsas y a los cables» que probó ser más efectivo que la demostración de tecnologías aplicadas.

 

 

Desde entonces la compañía Dyson, con sede central en Malmesbury (Reino Unido), ha vendido más de 43 millones de aspiradoras en todo el mundo. Actualmente, con una plantilla de 4.400 personas, está presente en 65 países e invierte 1,8 millones de Euros a la semana en I+D, lo que la convierte en la empresa británica que más invierte en inteligencia artificial y robótica. Además, cada año, desde la Fundación James Dyson, pone en marcha el James Dyson Award, un concurso internacional que premia a los jóvenes ingenieros y diseñadores. En él participan estudiantes de 18 países, que con sus inventos compiten por el premio final de casi 50.000 Euros repartidos entre el estudiante y su universidad.

Los productos Dyson se encuentran en una intersección entre ingeniería y arte. Han ganado numerosos premios de diseño  y son exhibidos en museos de arte alrededor del mundo.

 

 

A la aspiradora le siguieron modelos innovadores como el ventilador sin aspas, secadores de manos con potencias excepcionales, y secadores de pelo con el motor en el mango de menor formato a los habituales pero gran potencia.

 

 

Otra innovaciones son la introducción de esferas para desplazamiento en lugar de ruedas lo que les daba mayor maniobrabilidad o máquinas lavarropas llamadas «Contra Rotator» con dos tambores moviéndose en direcciones opuestas.  En el caso de los secadores de manos «Airblade» han sido centro de polémicas que argumentaban que los secadores de alta velocidad equivalen «a tirar una bomba de bacterias en el local»  sugiriendo que al remover el aire, devuelven a las manos y al ambiente an cantidad de gérmenes. Dyson en su página  a través de varios informes externos lo ha desmentido pero aún conviven ambas bibliotecas al respecto.

 

 

A pesar de haber estudiado diseño industrial en el Royal College of Art en Londres, no tiene título de ingeniero si bien emplea a 3.500 de ellos a nivel global y ese mix de formación estética e industrial sin dudas debe haber sido fundamental en una aproximación alternativa al diseño. En setiembre de 2017 anunciaron que están trabajando en su propia versión de auto eléctrico que demandaría una inversión de 2,7 billones de dólares.

 

Otras propuestas han incluído utilizar al tecnología cyclone para limpieza de ríos o lagos.

 

 

 

Según el propio Dyson, «los jóvenes ingenieros tienen la posibilidad de desarrollar tecnologías tangibles que pueden cambiar vidas y el James Dyson Award premia a aquellos que tienen la persistencia y tenacidad de generar esas ideas». En la página de la James Dyson Foundation se registran los proyectos interesantes que resuelven problemas cotidianos por parte de estudiantes provenientes de varios rincones del mundo.

 

 

Fue tal su repercusión y éxito en su país natal que para el 2009 el  Partido Conservador lo invitó a proponer políticas que fomentaran la innovación entre las cuales figuraban sugerencias como un cruce mayor entre compañías tecnológicas y universidades y muchas otras. A favor del Brexit, Dyson ha bregado por la separación de la Unión Europea (81% de sus ventas son a mercados fuera de la UE).

 

 

2017 ha sido un año de novedades para la firma y la difusión de sus productos y valor agregado. En marzo fue votada como la empresa con mejor reputación de Inglaterra, seguida por Aston Martin. En Setiembre se anunció  la primera fase de construcción del  Dyson Institute of Engineering and Technology (informalmente llamado «DIET») .

 

 

En noviembre fue el turno de apertura de una flasgship store en pleno Manhattan y en este caso el acento es en la experiencia y demostración palpable del funcionamiento de cada producto diferenciable con cualquiera de su competencia. Si están por la 5a avenida al número 640 pasen y vean de qué se tratan estas maravillasde diseño tech.

 

 

 

 

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