En Ministerio de Diseño queremos explorar el panorama del interiorismo y diseñadores en América Latina, y Chile es un buen punto de partida de esa investigación. Para ello hemo simplementado una alianza de emisión de contenidos vinculados a los profesionales chilenos del diseño con la AdD, la Asociación local que nuclea a los profesionales del interiorismo, mediante la cual Ministerio de diseño llega tras la cordillera a esa audiencia calificada y especializada, y de este lado conocemos los talentos que ejercen en ese territorio.
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Los lunes a las 9 pm, la audiencia chilena interesada en diseño, consejos y tendencias tiene su cita virtual en la plataforma Instagram con el diseñador Cristián Preece.
En sus redes sociales, el joven profesional de 39 años comparte en vivo su día a día detrás de los trabajos de su estudio Cristián Preece experience design, sus viajes, o interactuando con su audiencia, respondiendo preguntas, consultas y en definitiva, ejerciendo su visión de hacer llegar criterios y tips de diseño a una audiencia que ya va por los 50 mil seguidores.
En esas sesiones puede verse gente mostrándole, pantalla por medio, el living de su casa, pidiéndole opinión sobre la pintura que debería tener el fondo, si conviene una mesa de comedor circular o rectangular, o si vale un espejo en vez de un cuadro en otro rincón. Con velocidad de reacción supersónica y simpatía blindada a prueba de disparates, responde con argumentos, haciendo participar a la gente, saludando a quienes entran a la conversación. Un verdadero showman que como era esperable pronto tendrá otros canales para expresarse a nivel masivo.
Cristián tiene mucho de lo que se debe tener para ser reconocido en una profesión hoy en día. Primero y ante todo un talento considerable para el rubro, con un estilo definido, sobrio pero canchero, elegante pero acogedor, monocromático pero siempre sorprendente. En segundo lugar, está formado especializado y es observador como para integrar otras miradas y realidades a su know how. Además, sabe comunicar pero también sabe escuchar, algo vital para concebir espacios a medida de sus usuarios y no solo para revistas o fotos. Y no menor es el detalle de la generosidad informativa: sabe del valor de la información entregada por canales adecuados que llega a audiencias que lo siguen y respetan, que en definitiva multiplica su llegada y potencial mercado.
Preece es Diseñador de Ambientes y Objetos – Universidad Finis Terrae, Chile, a donde ingresó para estudiar arquitectura, pero luego de un par de años lo atrajo más una mirada “micro” de las cosas y decidió su cambio a Diseño de ambientes en la misma universidad, si bien de la arquitectura se llevó la metodología, el concepto y la observación como herramientas para desarrollar proyectos.
Luego cursó un Master en Diseño de interiores en UPC, España. Ha ganado premios como el de Casa Cor Chile 14 como el mejor espacio de la muestra para la firma Masisa.
Luego de 10 años de liderar el área de interiorismo de Empresas Socovesa en el rubro inmobiliario, donde participó en el desarrollo de proyectos de unidades modelo y espacios comunes, decide formar su propio estudio de Diseño “Cristián Preece Experience Design.
Conversamos con Cristián, como acostumbra en su vida, vía internet, y nos contó mucho de todas esas áreas de su vida que conviven en un mismo hombre que también está casado y es padre de dos hijos.
_ Contanos como punto de partida, acerca de tu estudio y en qué trabajan habitualmente.
La oficina se compone de dos marcas: “Cristian Preece experience design” donde proyectamos espacios residenciales para clientes particulares o inmobiliarias. Para estas últimas creamos espacios comunes en desarrollos inmobiliarios como salas mutiuso, coworks, espacios gourmet y otros.
Somos 9 personas entre arquitectos y diseñadores.
Otra rama de la oficina es “Preece & Undurraga experience decor”, marca con la que desarrollamos proyectos de decoracion junto a la diseñadora Paula Undurraga.
_ Cursaste un master de diseño de interiores en España, ¿cómo fue esa experiencia? ¿Qué te dio que no obtuviste en tu formación en Chile?
Si, fue en el Politécnico de Cataluña en Barcelona. Siempre quise perfeccionarme fuera del país. Ahora es otra la realidad, pero eso fue en el 2004, época en que el interiorismo no estaba tan desarrollado. En Europa, donde hay relativamente poca obra nueva debido a protecciones patrimoniales son más habituales las reformas, pero sobre todo los cambios se dan a nivel de interiores y en esa área llevan mucha delantera. Aprendí mucho del curso, pero también de mis compañeros, del día a día de vivir una ciudad en modo residente y no turista, vincularse con tiendas, y hasta armar un departamento desde cero. Allí percibías el valor de firmas como Ikea, que ha logrado sin dudas instalar parámetros de calidad en el diseño masivo logrando ambientes vibrantes a precios accesibles. Ver obras de arquitectura relevante, tener acceso a charlas con reconocidos profesionales, ir a restaurantes, hoteles y muchas vivencias enriquecedoras vinculadas no sólo a la universidad sino al hecho de vivir la ciudad fue lo que volvió conmigo para capitalizar acá a la vuelta.
_ Has mencionado que en Europa la vanguardia y las tendencias se ven en la calle. ¿Por qué en Latinoamérica es más difícil percibirlo? ¿Por un tema de miradas, de recursos, de cantidad y variedad de poblaciones, a qué crees que se debe ese fenómeno que se intensifica en las ciudades de otras latitudes?
Europa tiene más “carreta en el cuerpo”, son años de historia y experiencias en el tema. Viven la belleza desde que nacen. De vuelta, el tema de la presencia de empresas como Ikea hace más democrático el diseño con respecto a años atrás. Son más arriesgados incluso en la forma de vestirse, no tienen prejuicios y en Latinoamérica, si bien está cambiando, somos más conservadores. Ahora recién tienen éxito y se consume locales que se preocupan por la estética, la gente viaja más y han depurado y ampliado la mirada y hay de hecho un boom del interiorismo. La gente está consumiendo diseño y estamos sin dudas entrando a ese mundo donde se mejora calidad de vida, productividad y espíritu con el que se habita los espacios.
Si bien nos llevan la delantera, hacia allá vamos. Uno va a Buenos Aires y entiende algo de Europa, en Perú también hay un desarrollo inmobiliario importante, Brasil sin dudas es uno de los mejores exponentes de diseño latinoamericano por lejos, y Casa Cor es una muestra referente indiscutida en la que se demuestra que se atreven con carácter propio, sin copias globales.
_ ¿Qué ciudades te inspiran más para tu trabajo?
Me inspiran muchas, muy distintas en su cultura e idiosincrasia.
Por supuesto, me encanta el diseño francés, la puesta en escena elegante, sofisticada, atemporal, con gusto exquisito.
También Italia dentro de su desorden entretenido, seductor y espontáneo y el estilo inglés con sobriedad perfecta.
De este lado, me encanta Brasil, donde son sueltos, atrevidos, y crean espacios entretenidos que generan cosas al vivirlos.
A Miami tengo la suerte de viajar seguido por proyectos del estudio y me gusta el color del cielo, o como se ha ido reformulando, dejando de ser mar y shopping para ser diseño, gastronomía, hoteles y arte, en definitiva, un polo creativo donde están pasando muchas cosas.
_ ¿Qué lugares en el exterior has visitado últimamente que te han asombrado por lo novedoso, contemporáneo o conceptual?
Tengo la suerte de viajar seguido. Creo que es una instancia de aprendizaje invalorable. En los últimos 5 meses estuve por ejemplo en la costa oeste de USA en Los Ángeles, donde vi nuevas propuestas de restaurantes muy cool.
En Italia me llamo la atención las tendencias en diseño de cocinas. Visité fábricas donde los conceptos están cambiando: la cocina ha dejado de ser un recinto y pasado a ser un mueble. En estas fábricas ya no hacen los muebles tradicionales sino más flexibles, como islas, componibles, plegables, cambiantes como los habitantes y las funciones de una casa.
Más que espacios específicos, me llama la atención como cambia la tendencia y modos de habitar y como el diseño como disciplina y los profesionales que la ejercen han debido adaptarse y seguir esas nuevas reglas.
Otro tema es lo instalado que está el tema del reciclaje y el diseño también debe responder a esta nueva forma de vida y concepción del diseño, fabricación y consumo de productos.
_ ¿Cómo te inspiras cuando no viajas?, ¿qué medios de comunicación consumes, quiénes son tus referentes locales y/o internacionales?
Soy fanático consumidor de Instagram. Sigo muchas cuentas de interiorismo y arquitectura y es sin dudas una de las plataformas que más me gustan. Uno sigue hashtags y conoce otras cuentas.
Para mí ha superado muchas otras plataformas o referencias y es fuente de consulta habitual.
_ En Santiago: ¿Qué lugares no tan habituales en sitios turísticos o nuevos recomiendas para amantes del diseño?
Creo que en la ciudad hay grandes avances en diseño y hay barrios consolidándose que se apoderaron de esa idea. Esta el barrio Italia como opción más experimental o emergente. Luego, los galpones o ferias de antigüedades como el Persa Bío Bío o el Parque de los Reyes a los que siempre es entretenido volver. Siempre es buena idea tener un mueble que tenga historia como parte de una propuesta de diseño.
Luego está la calle Luis Pasteur en Vitacura, donde se han ido aglomerando tiendas de decoración y ha reemplazado al barrio Alonso de Córdova en ese sentido.
Pr supuesto, quedan igualmente las tiendas en Nueva Costanera en Vitacura: allí están las mayores propuestas y recorridos de diseño.
Además, tenemos una oferta hotelera y de restaurantes que están abordando temáticas entretenidas como el Hotel Bidasoa.
_ Incluís mucho arte en tus trabajos, ¿cómo seleccionas, conoces o pruebas nuevos o reconocidos talentos para tus obras?
El arte es el alma de todas las obras, una casa sin arte no tiene identidad. Tenemos distintos criterios según el cliente, pero por lo general si bien acompañamos en el proceso, seleccionamos y trabajamos en composición o ubicaciones, sugerimos que sea el cliente quien elija en última instancia. El arte no debe combinar con la alfombra o el sofá y ni siquiera con nuestro gusto sino con la personalidad de quien lo va a vivir todos los días. En ese caso pasa como con la ropa: si no se siente a gusto lo va a descartar a corto plazo o no lo va a estimular como debiera su propio espacio. Más allá de gustos personales, entendemos importante que genere emociones al usuario final y no importa si es un artista emergente o reconocido.
_ Trabajaste muchos años para una desarrolladora inmobiliaria para quienes resolvías interiorismos diversos. ¿Cómo fue la experiencia y qué aportó a tu carrera?
Trabajé por diez años con el grupo Socovesa, formé el área de interiorismo donde hacíamos todas las terminaciones y decoración de todos los espacios. No sigo en relación de dependencia ya que ahora ellos tienen esa área in house, de forma que nosotros ahora lo seguimos ofreciendo como parte de nuestro portfolio de servicios y de hecho trabajamos con otras inmobiliarias brindando similares asesoramientos.
_ En ese tipo de sectores como el inmobiliario, ¿hay realmente una preocupación de ofrecer un interiorismo de calidad en sus proyectos residenciales para todos los sectores, incluso los más económicos o es parte de una estrategia comercial de ventas?
El interiorismo es una especialidad, pero en realidad cuando te contratan para eso, también obtienen iluminación, paisajismo y ambientación. No tiene que ver con un tema comercial, sino que se ha transformado en necesidad. Allí es importante saber el target de las unidades, la audiencia objetiva para obtener espacios más alineados con cada forma de vida. No es lo mismo diseñar para adultos mayores, que para parejas jóvenes, grupos familiares o estudiantes.
El diseño de interiores es como un traje a medida: debe plasmar la identidad de cada persona, y todos somos diferentes, con distintos hábitos, actividades, aspiraciones y conceptos de calidad de vida o confort.
A nivel inmobiliario, hay empresas que lo publicitan y lo marketinean y otras que nos contratan y no lo resaltan tanto porque simplemente lo toman como un valor agregado al cliente.
_ Sos un usuario intensivo de redes sociales especialmente de Instagram donde pareces haber dominado el arte del reality e interacción con seguidores. ¿Desde cuándo lo haces disciplinadamente y qué anécdotas tienes al respecto?
Soy sin dudas un Instagram lover. Comencé con la cuenta restringida, pero hace unos cuatro años decidí hacerla pública justamente para mostrar mi trabajo y compartir tips de diseño y decoración. Hago un vivo los lunes donde me conecto con las personas que siguen mi cuenta. Es una inquietud de democratizar el diseño porque no todos tienen los recursos para devolver una mano a la vida, transmitirles el buen vivir. Comencé a compartir situaciones de mi trabajo, incluso las no tan agradables como el resultado final pero que muestran cómo se gestiona un proceso y se lidia con problemas que siempre surgen, desde que al subir un sillón te quiebren una esquina pintada, o al arreglar algo rompan otra cosa. También doy sugerencias de colores para atmosferas, como instalar iluminación, respondo respuestas de una audiencia creciente que ya alcanza 50 mil seguidores.
Ahora estoy con un proyecto en tv para meternos en la casa de las personas y ayudarlos con lo que tienen y con mucho criterio y pocos recursos adicionales poder lograr efectos importantes en la percepción de los ambientes, que den ganas de estar y sean estimulantes.
Este tipo de proyectos son para devolver algo de lo mucho que he recibido. Los ingresos de la oficina no van por allí sino por las inmobiliarias o clientes finales. Igualmente lo tomamos muy seriamente y trato de ser muy criterioso.
Anécdotas surgen todo el tiempo ya que me empiezan a preguntar cosas que me descolocan y hay que ser rápido, no se piensa mucho, pero en definitiva nos reímos bastante en ese formato que ha tenido buena acogida en la gente.
_ ¿Gran parte de tu clientela puede decirse proviene de tu gestión de redes?
Si, sin dudas, un caudal importante de clientes llega desde Instagram. La plataforma ha ido desplazando las web para mostrar trabajos y el registro de las actividades actualizadas en tiempo real es un gran valor agregado para quienes saben usarlo a favor.
_ ¿En qué ciudades has trabajado haciendo proyectos y cómo desarrollas esa logística de la elaboración del proyecto, la gestión con proveedores y mano de obra local, los controles de obra, etc?
Chile lo hemos recorrido de norte a sur. Cuando estaba en Socovesa los movimientos eran desde Arica a Punta Arenas y sin duda fue una gran experiencia en cuanto a logística, transportes, planificación y gestión de proveedores, pero sin dudas los mayores desafíos son los que venimos haciendo en Miami. Hoy en dia somos capaces de entrar a un departamento vacío que es como se acostumbra entregarlos allá. En el proceso se diseña, se pauta las terminaciones, se eligen materiales y se trabaja coordinado con un equipo local. Yo viajo periódicamente a controlar in situ porque hay cosas que tienen diferencia cuando se ven en una pantalla con respecto a la realidad. Se trabaja mucho a distancia por whatsapp o facetime alternado por viajes que desde ya se tienen en cuenta en el presupuesto global de la obra.
En decoración también nos hemos ido haciendo de proveedores, confecciones de cortinas, marcos de cuadros etc. Me encanta porque es muy relajado, mcuho lino, colores claros, y la gente queda muy contenta
_ Te vimos en redes instalado en una tienda de RH en Miami pautando muebles y terminaciones para un cliente. ¿Qué tan distinta es la operativa con respecto a los proyectos locales? ¿Hay mayor alcance y posibilidades de materiales? ¿Cómo cambia el proyecto y resultados con un abanico más grande de posibilidades?
RH es una tienda con la que trabajamos mucho, tiene ese estilo neutro con materiales nobles como lino, cuero, vidrio, metal, que me identifica mucho. Tengo mi partner allí que habla español en la firma. Compramos para proyectos allí pero también para obras acá. Obviamente hay que considerar los traslados, pero la empresa permite mucha personalización y versatilidad lo que genera muchas opciones que también uno puede ofrecer para plasmar personalidades de cada cliente.
Algo muy increíble que nos ha pasado allá es que los gringos son muy de comprar el juego de living tal como lo ven en el catálogo. Yo iba y cambiaba las terminaciones, los volvía locos mezclando alternativas en una misma propuesta que no terminaban de entender y yo les decía: “confíen en mi”!
En una de las primeras casas que hicimos con esa modalidad, al entregarla fue hasta un gerente de la casa de Fort Lauderdale para ver cómo había quedado y les encantó, así que ahora, cada vez que llego me reciben, me sirven un café, bienvenido el desorden y el caos sistematizado pero luego se logra siempre el objetivo. Así los espacios no quedan seriados y desde ya, resultan mucho más personalizados.
Además, cuando entregamos una casa, se coordina el día de entrega de proveedores, yo viajo y me instalo y les dejo hasta el refrigerador lleno y el rollo de papel higiénico en el baño, lo cual sin dudas es un valor aparte que intentamos cultivar y los clientes quedan encantados de la vida.
_ ¿Cómo está Chile en cuanto a representaciones o alcance de productos de marcas internacionales e importación de piezas para obras?
En Chile hay gran oferta de proveedores de productos nacionales e importados. Por suerte hay políticas de apertura que permiten que muchas tiendas locales tengan representaciones estables o importen muebles de marcas internacionales con una muy interesante oferta. También se puede importar a nivel particular, obviamente pagando impuestos, pero se hace viable.
_ Manejas además temas de difusión de marcas a través de tu imagen, ¿cómo lo gestionas o potencias?
Sí, pero soy súper cauteloso o criterioso, no ensucio demasiado el Instagram con eso. No me considero influencer ni vivo de ello, pero trato de trabajar con marcas que realmente me identifiquen. Estoy con una o dos, me llaman, pero si siento que no son un aporte al contenido mío o mi bandera de lucha para democratizar el diseño trato de no vincularme. Ahora que estoy trabajando con una productora para el programa de la tv, me ayudan a depurar con quién trabajar y con quién no.
_ ¿Hay una marca o estilo transversal a los diseñadores chilenos?
No creo que haya una marca transversal, pero sí que cada oficina de diseño que las hay cada vez más, de mejor nivel, logra construir su imagen diferencial y tiene su nicho entre la variedad de consumidores. Te contratan porque buscan el estilo o mano particular que más se adapte a su gusto.
Hay un muy buen nivel y eso si puede ser una marca país. En ese sentido, la Asociación de diseñadores locales hace mucho para posicionar y nuclear a los mejores exponentes de la práctica profesional como un sello de calidad por el hecho de pertenecer por méritos evaluados y reconocidos.
_ ¿Qué cosas hay que tener en cuenta para lograr un buen diseño de interiores especialmente cuando los presupuestos son muy escasos?
Un buen resultado es cuando logra plasmar la personalidad de los clientes.
Esa personalidad no es la mía ni la del vecino ni la de la amiga ni la de una revista. Si no te representa, seguramente no te sientas bien en tu propio espacio y es justamente lo opuesto por lo que brega el diseño personalizado.
_ Intervienes en el directorio de AdD, ¿qué te aporta a ti esa función y qué aportas tú? ¿Cuál entiendes es la clave para que las Asociaciones gremiales subsistan y hagan una diferencia conceptual para el rubro y sus profesionales?
Soy parte del Directorio por segundo periodo consecutivo. El valor de este tipo de asociaciones gremiales es trabajar por un bien común, desarrollar actividades que nos potencien a los socios y “eduquen” al público en que la decoración no es algo superfluo, sino que mejora calidades de vida y aporta efectos positivos comprobados en el hábitat de las personas.
Es indispensable para tener eficiencia en el trabajo, en los comercios, oficinas, hotelería o gastronomía, enamorar a sus habitantes y seducir a sus visitantes.
Mi aporte es intentar devolver desde los conocimientos, generar contenidos, actividades, asociaciones o alianzas para trascender fronteras que permitan conocernos entre nosotros y también a los de otras latitudes.
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Cristián Preece experience design