Esta semana se inauguró, en Australia la más nueva de todas las tiendas de Camper, la marca de calzado cosmopolita cuyos locales asombran con cada nueva instalación. Originaria de Mallorca, su nombre significa «Campesino» en el dialecto de la isla. Sus tiendas, usualmente en áreas no muy grandes,, algunas con ideas excepcionales de optimización de visuales y espacios, son un ejemplo de branding divertido, creativo y sin dudas, memorable.
Captan estudios de arquitectos alrededor del mundo para obtener soluciones tan disímiles como increíbles con ese factor sorpresa que surge cuando uno pasa a varios metros de las fachadas y percibe que allí «pasa algo».
Revisarlas en conjunto es zambullirse en un catálogo de opciones para el ejercicio de un mismo programa «Tienda de zapatos» a cuál más singular.
Y justamente allí radica la singularidad de la marca: la habilidad para ser recordada por el recurso opuesto de una imágen estandarizada y de manual corporativo: imprimiendo a todas su propia vida y estilo a través de distintas oficinas, lo cual la enriquece y potencia al máximo.
La oficina paulista de Marko Brajovic creó en Melbourne en esta oportunidad, mediante diseño paramétrico 3d, una curva ondulante de cordones de zapatos con colores tan vibrantes como el vestuario de Brasil.
Algunas de nuestras favoritas:
La de Tokushin Yosioka en Londres es una joyita del uso de un espacio reducidísimo, del tamaño del garage de su casa , un espejo de un lado, un tapiz de tela coloradísima fruncida del otro y voilà:
El concepto:
El prototipo:
La ejecución:
Otras magistrales por ejemplo del Estudio A-Cero en España, Granada:
Miraballes y Tagliabue en Sevilla:
Shigeru Ban en N.York:
Nendo en Osaka:
Neru Hu en Shangai:
Sus exteriores son tan discretos como sorprendentes adentro.
Kengo Kuma en Milan
Hnos Campana
Hnos Bourullec en Paris