La marca danesa está reviviendo el icónico tocadiscos Beogram 4000 como parte de un programa de restauración en curso.

Bang & Olufsen nunca se ha alejado de las altas esferas del mercado del audio. Fundada en 1925, la marca danesa sigue siendo conocida por su fuerte enfoque en el diseño. Desde la década de 1960 en adelante, diseñadores como Henning Moldenhawer y Henrik Sørig Thomsen ayudaron a dar forma a una nueva identidad para el diseño de alta fidelidad, enfatizando las formas geométricas y las superficies de control simples para ocultar la complejidad del dispositivo en su interior.

Los dos exponentes más conocidos del diseño de B&O son el fallecido Jacob Jensen y David Lewis, y fue Jensen quien dio forma al BeoGram 4000, lanzado en 1972 y evolucionado a lo largo de los años como BeoGram 4002 y 4004, incluido en la colección permanente del MoMA. El año pasado, Jensen trabajó con los ingenieros de B&O para crear una máquina técnicamente impresionante en una elegante carcasa de aluminio, con un brazo de recogida paralelo controlado electrónicamente, único en ese momento. El nombre BeoGram permaneció asociado con el vinilo hasta que la compañía dejó de fabricar tocadiscos en la década de 1990.

«Queríamos ir más allá de la nostalgia y crear un producto que dure algunas décadas más», dice Hansen. Se agregan nuevos cables y grabados a la caja, mientras que cada una de las 95 unidades viene en una caja de presentación numerada de roble y aluminio que contiene una reproducción del manual original y una historia de diseño. Cuando el modelo 4002 original debutó en 1974, los ingenieros dejaron espacio para una futura actualización de la fuente de alimentación. El Classic 4000 aprovecha al máximo esta previsión al colocar un nuevo preamplificador en el espacio, lo que permite que el tocadiscos se empareje directamente con los sistemas de altavoces existentes de B & O sin la necesidad de ningún otro componente.

El vinilo está resurgiendo. El mes pasado se informó que en el Reino Unido los discos habían vendido más que los CD por primera vez desde la década de 1980, aunque ambos son una gota en el océano en comparación con las estadísticas de transmisión. Sin embargo, la materialidad de los formatos físicos va de la mano con la tecnología que los reproduce, y la esbelta mezcla de modernismo y fidelidad de audio de B & O nunca ha perdido su atractivo. “Era obvio comenzar con el vinilo”, dice Hansen, “es un nicho, tal vez, pero el vinilo sigue siendo relevante. En última instancia, vemos esto como una oportunidad. La gente compra menos pero tiene más cuidado al seleccionar. Quieren que las cosas duren más. El programa Classic nos ayudará a existir en ese espacio ‘.

Fuente: Wallpaper