Autos eléctricos como smartphones con ruedas: ¿el cambio que ansiábamos?

06/02/2023 | Actualidad

Autos eléctricos como smartphones con ruedas: ¿el cambio que ansiábamos?

6/02/23Actualidad

Autos eléctricos como smartphones con ruedas: ¿el cambio que ansiábamos?

6/02/23 | Actualidad

Desde hace un tiempo empezamos a ver en las calles tímidos cambios en el sector transporte personal: autos, camionetas y ómnibus eléctricos. También en la micromobilidad con patinetas y bicicletas eléctricas. Pero no nos engañemos por esta timidez, se viene una ola de cambios sustancial en los próximos años. Cuando parece que nos empezamos a adaptar a un cambio, ya viene otro… y otro más.

En cuanto a los automóviles, la discusión está centrada hoy en la relación precio de venta, costo a lo largo de la vida y confiabilidad de la tecnología. Que si el auto eléctrico es más caro o no que un auto con motor a combustión clásico o híbrido. Que si tiene la autonomía que necesitamos. Que cuál será la duración real de las baterías antes de reemplazarlas…

Pocos discuten que en Uruguay, con una matriz de generación de electricidad pionera en el mundo, el impacto en el medio ambiente de cargar el auto con electricidad es muy bajo. O sea que aunque fuese mayor su costo total que el de un auto con motor a combustible, tenemos la ventaja de estar reduciendo nuestra huella de carbono en este planeta en forma considerable. Esto aún no tiene costo asignado universalmente, pero si lo tuviese, sin dudas que los autos eléctricos serían los más económicos.

 

 

Para el consumidor tiene importancia el costo monetario de compra inicial y de operación y mantenimiento. La mayoría de los consumidores optan por el mínimo costo pero eso sí, por el mismo servicio. Haciendo un paralelismo con el mercado de teléfonos, hoy en día tener un teléfono que no sea «inteligente» es más económico que uno que sí lo sea. Pero el mercado es 100% de los segundos, porque brindan un servicio incomparable en base a las necesidades actuales. La llamada de voz persona a persona ha pasado a un segundo plano.

 

 

¿Qué tal si los fabricantes de vehículos eléctricos copian esta estrategia de incluirnos en el «paquete» un montón de servicios que consideremos «imprescindibles»? Que para el usuario tengan un valor de uso que compense la diferencia de precios durante el ciclo de vida del auto: esto es lo que está en camino. No se trata solo de ir del «punto A» al «punto B», similarmente a la llamada de voz. Para eso se está preparando una multitud de opciones.

 

El software de aplicaciones en el auto

Si bien estas opciones son independientes del motor que impulse el vehículo, los mayores avances en general estarán disponibles en los vehículos eléctricos. ¿Conectividad con la nube? Sí, claro. ¿Conectividad con todo tipo de aparatos y aplicaciones? Sí, por supuesto. ¿Pagos en línea desde el auto? También. ¿Integrar el ambiente de la ruta al conductor más amigable que Waze? También concedido. A ello se agregarán servicios por suscripción. Imaginemos pasar por un punto de venta y que automáticamente se desplieguen ofertas en la pantalla principal del vehículo. Y esto sin llegar a hablar todavía de la integración con el metaverso.

Todo lo anterior dejará a los autos sin esas tecnologías muy atrás en las preferencias de los consumidores.

 

La estrella indiscutida, la conducción autómata

Se preveía que la conducción totalmente autómata se alcanzaría más cercanamente en el tiempo, pero la tecnología ha probado ser difícil de concretar y certificar. Para ir fijando el vocabulario futuro, ADAS es la sigla de Advanced Driver Assistance System, sistema integrado que en el futuro permitirá la conducción 100% autónoma. Pero mientras llega ese futuro, por ahora tiene cinco niveles de autonomía respecto al humano, siendo el cinco lo más alto.

Nuevamente, estos sistemas son independientes del motor que impulsa el auto, pero vendrán probablemente solo para vehículos eléctricos. Los autos Tesla se han hecho famosos en gran parte por su software Autopilot que requiere la supervisión humana, pero en la realidad es bastante poca. Este software ha ido mejorando con el tiempo, producto entre otros, de que sube los videos de conducción de toda la flota a sus servidores donde se va refinando y acumulando kilómetros sobrehumanos de experiencia.

 

 

Para tener en cuenta al considerar la compra de un vehículo eléctrico, los niveles se resumen como sigue:

ADAS Nivel 1: Varios autos lo tienen disponible, por ejemplo, control de crucero y alarma de proximidad con otro vehículo o un obstáculo.

ADAS Nivel 2: Aquí ya el sistema permite actuar sobre la dirección, aceleración y frenado del vehículo pero en un nivel simplificado. Por ejemplo, ayudas automática a conducir en el carril, no acercarse demasiado a otro auto o cambio de carril. Estos sistemas son los que incorporan al presente Tesla y Cadillac.

ADAS Nivel 3 a 4: Permiten la conducción en ciudad o carretera, valet parking pero con cada vez menor intervención humana.

ADAS Nivel 5: Sería una conducción totalmente autómata, de tal modo que el vehículo no tendría volante ni pedales.

Actualmente Mercedes tiene software ADAS Nivel 3 en sus modelos de más alta gama. Pero está restringido a tránsito pesado urbano porque limita la velocidad hasta 64 km/hora y está certificado en pocos países o estados. No parece mucho, pero por otro lado, no requiere que el conductor esté atento, con sus manos en el volante. Las pruebas en Nivel 4 se están realizando con el objetivo de usar los vehículos como robotaxis.

 

 

Las predicciones para los próximos tres años, según un reporte de McKinsey, es que se irán desplegando lentamente los niveles 3 y 4, probablemente para áreas y trayectos restringidos. La conducción autómata emulando la conducción humana parece ser bastante complicada y requerirá esfuerzos integrados de empresas de distinto tipo y gobiernos porque tal vez sea necesario equipar las ciudades y carreteras para poder alcanzarlo.

 

Las estaciones de carga

Uruguay tiene una extensión geográfica limitada y aún aquí la autonomía y la posibilidad de recarga, junto con la rapidez, son un factor que desanima a los posibles compradores de vehículos eléctricos. Pero en la medida que la flota local se incremente, la presión sobre la infraestructura también va a aumentar, como sucede en otros países. Mayor número de puestos de carga serán necesarios. Dependiendo del nivel de adopción y de la hora del día que se requiera la carga, podrá traer problemas en los sistemas de distribución.

En los últimos días de 2022 se publicó en Reino Unido una noticia sobre los conductores de autos Tesla, que tuvieron que esperar horas bajo el frío para acceder a los cargadores públicos propietarios de la empresa. Algo así puede pasar en todos los países que expandan rápidamente su flota de vehículos eléctricos.

Para que haya mayor acceso sin la intervención de los gobiernos se están proyectando distintos modelos de negocio para que sea rentable la expansión de la red de cargadores públicos. Algunos de estos modelos incluyen el Battery As A Service, en el cual en centros autorizados se puede cargar la batería o se puede sustituir por otra que ya está cargada para aumentar la rapidez.

 

Los colores indican el número de cargadores y el tipo

 

El cambio de motor a combustión interna por el eléctrico traerá sin duda una reducción de emisiones de gases efecto invernadero que serán beneficiosas para contrarrestar el cambio climático y mejorar la calidad del aire en las ciudades.

Sin embargo, los cambios tecnológicos que están detrás, parecen apuntar a repetir el modelo de transporte que ya conocemos desde el siglo pasado, de calles y carreteras llenas de vehículos personales, buses y camiones.

Cambiar la infraestructura actual de movilidad a otro vector energético sin duda ofrece grandes beneficios a las empresas que logren una porción de este enorme mercado. Sin embargo, para nosotros los usuarios, tal vez no parezca un objetivo suficientemente desafiante o en el cual obtengamos beneficios directos en nuestra calidad de vida.

La verdadera revolución del transporte será la de su estructura. Estrategias como el compartir el viaje, bicicletas o monopatines eléctricos, el trabajo y estudio remotos, realizar las compras y obtener servicios en forma más localizada cerca del hogar serán tanto o más importantes en ese futuro.

El transporte personal tendrá que cambiar más allá de la tecnología que impulse el vehículo. En el fondo somos nosotros, los consumidores de movilidad, los que más tendremos que cambiar.

 

 

Por: Ventura Croce
Ventura es Ingeniera química y se desempeña en el sector energético desde hace 30 años. Es docente y ha brindado conferencias sobre industria de petróleo, sus perspectivas y la transición energética. Escribe artículos sobre estos temas en su perfil LinkedIn
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