A partir de Valencia: tres ejemplos de proyectos de infraestructura para prevenir inundaciones urbanas

17/11/2024 | Actualidad

A partir de Valencia: tres ejemplos de proyectos de infraestructura para prevenir inundaciones urbanas

17/11/24Actualidad

A partir de Valencia: tres ejemplos de proyectos de infraestructura para prevenir inundaciones urbanas

17/11/24 | Actualidad

Las fuertes lluvias desencadenadas por el fenómeno meteorológico de la DANA provocaron una catástrofe en la región española de Valencia a partir de inundaciones repentinas y mortales que cubrieron los pueblos de barro y arrasaron con todo a su paso. Sin embargo, de no ser por una obra de ingeniería faraónica de los años 50, conocida como Plan Sur, el impacto habría sido aún más devastador.

Hace 70 años, el río Turia atravesaba Valencia por la mitad, recorriéndola de oeste a este. De hecho, la ciudad de origen romano se construyó en torno a esta vía fluvial que regaba sus campos y desembocaba en el mar Mediterráneo. Con casi 800.000 habitantes en su área metropolitana, es la tercera ciudad de España en número de población tras Madrid y Barcelona.

Pero en 1957 otro episodio mortífero de lluvias extremas desbordó el río. En aquella ocasión murieron 84 personas, los casi tres metros de agua y barro dañaron barrios enteros y paralizaron la economía durante meses. Y es que la ciudad se encuentra sobre una planicie levemente inclinada hacia el mar y cuando llegaban lluvias torrenciales, el agua buscaba llegar al Mediterráneo pasando por ese cauce.

 

 

Para revertir la situación que dejó profundas consecuencias urbanísticas y socioeconómicas, bajo la dictadura de Francisco Franco, el Estado aprobó un plan drástico: desviar el trazado del rio hacia el sur y excavar una vía nueva de casi 13 kilómetros, completamente artificial que protegiera de las riadas. Para domar el rio y realizar la modificación geográfica, se necesitó colocar una especie de tapón en el cauce natural para reconducirlo a la vía de hormigón de paredes inclinadas y 250 metros de ancho en su base.

Una parte del Plan Sur se financió por los propios valencianos, que a la hora de enviar cartas debían añadir a sus misivas un sello extra que costaba 25 céntimos de peseta. Eso se extendió por 20 años. La megaconstrucción se dio por finalizada en diciembre de 1969 y al día de hoy se considera una de las obras de ingeniería más importantes de la historia de España.

Además del nuevo cauce que libera más de un millón de metros cuadrados del antiguo cauce, el plan comprendió nuevas instalaciones ferroviarias, nuevos accesos por carretera, la ampliación del puerto y del alcantarillado. A su vez, encima del ciclo natural del río, se construyó el Jardín del Turia, uno de los parques naturales urbanos más grandes de España.

 

Otro ejemplo en este mismo orden es la red de defensa contra inundaciones de Tokio, una maravilla de la ingeniería civil. Con enormes puertas, diques y túneles construidos con acero, esta red es crucial para la actual batalla de Japón contra los impactos del cambio climático. En las últimas dos décadas, la capital ha experimentado una frecuencia y gravedad cada vez mayores de inundaciones, lo que plantea desafíos importantes para la infraestructura de la ciudad y sus habitantes.

La rápida urbanización implica que las inundaciones pueden provocar devastadoras pérdidas humanas y económicas. El área metropolitana de Tokio es una de las más densamente pobladas del mundo, con unos 37 millones de personas apiñadas en 13.500 kilómetros cuadrados (5.200 millas cuadradas) de tierra. Alrededor de 1,5 millones de personas viven en “zonas de cero metros”, que se encuentran por debajo del nivel del mar y se están expandiendo a medida que el terreno de la región continúa hundiéndose.

Las inundaciones extremas también amenazan la concentración de instituciones financieras y oficinas gubernamentales de Tokio, y pueden paralizar el área metropolitana al inundar carreteras, ferrocarriles y redes de metro subterráneas, haciendo que la recuperación sea costosa y complicada. En respuesta, el gobierno ha implementado varias medidas para mitigar el impacto, incluida su gigantesca catedral de defensa contra inundaciones. Esta increíble estructura es un enorme depósito de agua sostenido por docenas de pilares reforzados con acero de 500 toneladas.

 

 

Situada a 22 metros bajo las calles de la ciudad, forma parte del Canal de Descarga Subterráneo Exterior del Área Metropolitana (MAOUDC) y tiene 6.3 kilómetros de longitud de enormes cámaras y túneles de conexión que protegen principalmente las partes del norte de la ciudad.

La red tiene capacidad para guardar temporalmente hasta 200.000 metros cúbicos de agua y redirigir las inundaciones lejos del centro de la ciudad durante períodos fuerte de lluvia o tifones. Con este sistema se recoge el exceso de agua de cuatro ríos en la prefectura de Saitama al río más grande Edogawa. El agua fluye a través de un túnel que corre paralelo a un tramo de la autopista, conectando los pozos y llevando el agua a un tanque cavernoso de almacenamiento que s regula a presión. Luego, un sistema de cuatro bombas descarga gradualmente el agua al río Edo.

 

 

Las cámaras cilíndricas están construidas con hormigón reforzado con acero para garantizar que puedan soportar la inmensa presión ejercida por el agua almacenada, salvaguardando así la integridad de toda la estructura. La ductilidad y la resistencia del acero también juegan un papel clave para garantizar que las defensas contra inundaciones de Tokio sean resistentes a los terremotos, un aspecto crucial en una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo.

La intrincada red de diques, sistemas de drenaje de aguas pluviales y túneles subterráneos también están respaldados por sistemas avanzados de monitoreo y alerta temprana, que permiten a las autoridades anticipar y responder rápidamente a las amenazas de inundaciones.

La inversión para construir esta catedral fue de 2.000 millones de dólares, en el marco de un plan macro que lidera el gobierno de la capital japonesa con el objetivo de reducir los desastres que lo azotan desde la década de 1950. Hacia el año 2040 se verá concretado el “Proyecto de Resiliencia de Tokio” que contempla varias obras de infraestructura de prevención, incluida la construcción del mayor depósito subterráneo de control de inundaciones del país.

El sistema se ha activado siete veces al año en promedio y, desde 2002, cuando se inauguró parcialmente, hasta octubre de 2019 con el tifón Hagibis, los funcionarios calculan que el proyecto evitó daños por inundaciones por un valor de casi 100.000 millones de dólares.

El broche de oro: cuando el clima no amerita lluvia, el santuario subterráneo funciona como atracción turística e incluso como telón de fondo para películas y sesiones de fotos de celebridades.

 

 

El tercer y último ejemplo de proyectos de infraestructura diferencial tiene que ver con la propuesta The BIG U que el estudio Bjarke Ingels presentó para el perímetro de Manhattan en busca de proteger a la ciudad de inundaciones, tormentas y otros impactos del cambio climático.

The BIG U plantea un sistema de protección alrededor de la topografía baja de Manhattan que comience en West 57th Street, baje hasta The Battery y luego vuelva a subir hasta East 42nd Street. La propuesta fue concebida como una zona de protección continua de 16 kilómetros diseñada para responder a la tipología de cada barrio y a las comodidades deseadas por la comunidad.

En este sentido divide el área en compartimentos: East River Park, Two Bridges y Chinatown, y Brooklyn Bridge to The Battery. Como el casco de un barco, cada uno puede proporcionar una zona de protección contra inundaciones, lo que ofrece oportunidades independientes para procesos de planificación social y comunitaria integrados para cada uno.

Estos compartimentos comprenden una zona de protección contra inundaciones físicamente separada, aislada de las inundaciones en las otras zonas. Sin embargo, cada uno de ellos es igualmente un campo para la planificación social y comunitaria integrada. En otras palabras, los compartimentos funcionan en conjunto para proteger y mejorar la ciudad, pero la propuesta individual está diseñada para sostenerse por sí sola.

 

 

En East River Park se propone construir un puente de contención que protegería la zona de las mareas de tormenta y el aumento del nivel del mar, y ofrecería acceso a la costa para relajarse, socializar y disfrutar de las vistas del río al proporcionar rutas agradables y accesibles sobre la autopista hasta el parque. Además, los árboles y las plantas tolerantes a la sal proporcionarían un hábitat urbano resistente.

En el área de Two Bridges y Chinatown, unos muros desplegables colocados en la parte inferior de una autopista elevada pueden plegarse para mitigar las inundaciones. Decorados por artistas del barrio, los paneles crearían un techo acogedor cuando no se utilicen, mientras que la iluminación integrada transformaría una zona actualmente amenazante en un destino comunitario seguro.

Por último, desde el Puente de Brooklyn hasta The Battery se entrelaza un camino elevado con una serie de montículos en tierras altas para formar paisajes únicos. El plan prevé transformar el edificio existente de la Guardia Costera en un nuevo museo marítimo o centro de educación ambiental que contara con un acuario inverso donde los visitantes pueden observar las variaciones de las mareas y el aumento del nivel del mar.

 

 

En un contexto global cada vez más marcado por los efectos del cambio climático, la necesidad de soluciones innovadoras para mitigar los desastres naturales, como las inundaciones urbanas, es más urgente que nunca. Los tres ejemplos mencionados—el Plan Sur de Valencia, la red de defensa contra inundaciones de Tokio y el proyecto The BIG U de Manhattan—demuestran cómo la ingeniería moderna está respondiendo con visión y ambición a los retos que plantea un clima impredecible.

Estos proyectos no solo protegen a las ciudades, sino que también transforman espacios urbanos en entornos más resilientes, sostenibles y accesibles para sus habitantes.

Sin embargo, más allá de la tecnología y la infraestructura, estos ejemplos también nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la planificación urbana a largo plazo y la colaboración entre las autoridades, los expertos y las comunidades.

La mejor manera de enfrentar las inundaciones urbanas y sus impactos no radica solo en la construcción de barreras físicas, sino en un enfoque integral que considere la adaptabilidad, la concienciación social y el respeto por los ecosistemas.

 

Fuente: bbc.com / constructsteel.org / bloomberg.com / rebuildbydesign.org
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